Blas Trujillo asegura que Canarias, con 415 camas de críticos, está preparada para un brote de coronavirus

El consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, Blas Trujillo, informó hoy durante su comparecencia en el Pleno del Parlamento regional que Canarias está preparada para afrontar un brote o rebrote de la pandemia de coronavirus porque dispone o puede alcanzar la capacidad de instalar, en un plazo máximo de cinco días, entre 1,5 y 2 camas de Cuidados Intensivos por cada 10.000 habitantes.

Trujillo, que compareció ante el Pleno a petición del grupo parlamentario Nueva Canarias para informar de las medidas para reforzar el número de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en las Islas, señaló que el primera cuestión que planteó a su equipo cuando asumió la responsabilidad de ser consejero de Sanidad fue “si el sistema sanitario está preparado para un brote o rebrote de la pandemia y la respuesta que he encontrado, y que les traigo hoy al Parlamento con datos, es que sí; el sistema sanitario canario está preparado”, aseguró.

Al respecto, indicó que el Plan de Transición hacia una nueva normalidad, publicado por el Ministerio de Sanidad el 28 de abril de 2020, recogía el requisito imprescindible de disponer de las capacidades estratégicas necesarias para comenzar la desescalada y, en concreto, la suficiencia de la capacidad asistencial, tanto en asistencia primaria como en los hospitales y UCI.

Este requisito es el de disponer, tener acceso o alcanzar la capacidad en un plazo máximo de cinco días de entre 1,5 y 2 camas de Cuidados Intensivos por cada 10.000 habitantes.

Blas Trujillo indicó que para una población de 2,1 millones de habitantes, Canarias dispone en la actualidad de 172 camas de UCI, a las que pueden añadirse 243 camas de críticos más con respirador para atender tanto a pacientes críticos con la COVID-19 como con otras patologías, lo que eleva a 415 la capacidad total de la sanidad pública en camas de críticos.

Atendiendo al criterio estricto de disponibilidad de camas UCI, Canarias con 172 arroja una ratio de 0,80 camas por 10.000 habitantes, por debajo de 1,5, pero uniendo ambas categorías se sitúa en 1,93, por lo que cumple con la ratio establecida por el Ministerio.

Camas de quirófano y reanimación
El consejero indicó que “cuando nos enfrentamos a la primera oleada de la pandemia, el Servicio Canario de la Salud puso en marcha unos planes específicos de contingencia que han funcionado y que, en previsión de que las UCI se pudieran desbordar, se buscó y adaptaron otras camas que pudieran ser asimilables como las de los propios quirófanos o camas de reanimación, que debidamente dotadas de equipamiento y de respiradores podrían atender a un gran pico de demanda”.

Estas camas de críticos nunca estuvieron ocupadas al cien por cien, aunque se registró un importante incremento de la actividad asistencial en la lucha contra el coronavirus. En este sentido, en los primeros quince días de abril, cuando se registró la mayor presión asistencial, en ningún momento los pacientes críticos con COVID-19 superaron una ocupación del 30 por ciento de esa capacidad máxima.
El Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria fue el que más presión soportó, con casi 40 pacientes en UCI y 110 personas en planta. Situación que también tuvo el HUC, con 150 personas hospitalizadas y una veintena en UCI.

Contrataciones de personal y material
Además del aumento del número de camas de críticos con respirador si el incremento de pacientes graves lo requiere, el consejero aseguró que se reforzarán las áreas asistenciales que lo requieran con la contratación de personal y habrá disponibilidad de los medios de protección que sean necesarios para evitar el contagio de la COVID-19 entre los profesionales, como sucedió en la primera onda epidémica.
De hecho, durante esta crisis se contrataron cerca de 3.500 personas en distintas categorías profesionales y en todas las gerencias, siendo el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria quien requirió más contrataciones con casi 900; seguido del HUC, con más de 850, a lo que se añade más de 59,5 millones de euros destinados a la compra de mascarillas, batas, guantes, gafas de protección y todos aquellos materiales necesarios para que los sanitarios puedan hacer frente a la pandemia y hay reservas estratégicas en todas las islas.