El Lenovo Tenerife cae con orgullo, tras acariciar la final de la Copa

El Lenovo Tenerife se quedó este sábado a las puertas de la final de la Copa del Rey, tras tener contra las cuerdas al potente Real Madrid (85-79). El grupo de Txus Vidorreta obligó al actual campeón del torneo y líder de la Liga Endesa a recurrir a su mejor versión para no verse sorprendido por la irreverencia de los aurinegros.

En un enorme esfuerzo colectivo, el equipo tinerfeño firmó una gran puesta en escena, aceleró camino del receso con un juego impecable, que llegó a desquiciar por momentos a su rival (22-40, min. 16), y fue luego con todo al cuerpo a cuerpo, cuando el conjunto madridista, exigido como pocas veces lo ha estado este curso, tuvo que echar el resto para llevar el partido a su terreno.

En un escenario convertido en coto privado de Real Madrid y Barça (únicos campeones en los últimos doce años), el Lenovo Tenerife tuvo hoy la osadía de discutir la supremacía de uno de los trasatlánticos del basket continental, refrendando el buen papel desempañado en el último lustro, tras alcanzar las semifinales en tres ocasiones, un privilegio al alcance solo de los grandes.

Salió muy metido el conjunto insular, sumando de tres en tres, gracias a los triples de Bruno Fitipaldo y Aaron Doornekamp y a un 2+1 de Fran Guerra (3-9). Era el primer aviso a navegantes de un Canarias realmente convencido de sus posibilidades ante un adversario, que respondió con las mismas armas desde la larga distancia (9-11, 11-13).

El caso es que conforme pasaban los minutos era el Lenovo Tenerife el que más argumentos aportaba para la causa. Con los blancos dejándose varios puntos desde el 4,60 (0/4 de inicio), el conjunto canarista mordía en tareas defensivas y rotaba su banquillo para mantener muy alto el listón de su intensidad atrás.

La irrupción de Marcelinho Huertas, con seis puntos consecutivos, estiraba la renta lagunera (11-19) y terminaba de decantar la balanza a favor de los de Vidorreta, que se sobreponían incluso a los problemas prematuros de faltas de Gio Shermadini y Fran Guerra. De hecho, fue con Tyler Cavanaugh y Emir Sulejmanovic compartiendo minutos en el juego interior cuando el Canarias comenzó a afilar el colmillo.

Los aurinegros movían el balón con mucho criterio y martilleaban a los de Laso desde el 6,75. Dos triples de Tyler y otros dos de Bruno dispararon el parcial insular hasta un 3-19, que desarbolaba circunstancialmente a los anfitriones (22-40), técnica incluida a su entrenador por protestar.

Transcurrían los peores minutos para el Real Madrid, que tuvo que ampararse en la calidad de Llull y en la verticalidad de Deck para estrechar el cerco antes de la pausa (40-46), aprovechándose además de varias pérdidas canaristas. La reacción de los locales les puso en franquicia para la reanudación y dio paso a una mejor versión blanca.

Apareció entonces el factor Tavares, hasta entonces inédito en ataque, y los generadores madridistas, con Jaycee Carroll a la cabeza, comenzaron a ver aro con más fácilidad. El Real Madrid subió líneas atrás, se encomendó al tremendo físico del caboverdiano y atascó el juego aurinegro. Pero aún así, el Canarias no le dio nunca la espalda al partido. Ni siquiera después de sufrir un parcial de 13-0, que volteaba el guión del encuentro (64-59).

El partido crecía ya con ventajas de los locales en el electrónico, pero el Lenovo lo peleó hasta el último resuello (69-68). Lo intentó rematar el Madrid con dos triples de Deck y Causeur (76-70, 79-72), pero el conjunto aurinegro estaba empeñado en vender carísima su derrota. Un triple de Doornekamp a 1:12 del cierre estiró la incertidumbre hasta que apareció la calidad de Llull para una asistencia de mucho mérito a Thompkins que allanaba ya el triunfo de los locales.

Pese a todo, el grupo de Txus Vidorreta acabó con la cabeza bien alto, tras un dignísimo partido que certifica que este proyecto es un torbellino de aire fresco para el statu quo de la Liga Endesa. Una experiencia más para fortalecer el bloque y seguir creciendo de cara a próximos desafíos, que los tinerfeños afrontarán con todo. Incluso, en la derrota, hay razones de mucho peso para creer a muerte en este Lenovo Tenerife.