El Lenovo Tenerife exprime su gen competitivo para meterse en semifinales de la Copa

¡Otro hito para la historia canarista! El Lenovo Tenerife superó este jueves al Hereda San Pablo Burgos (87-76) y alcanzó por tercera vez en los últimos cuatro años las semifinales de la Copa del Rey. En un ejercicio de carácter y personalidad, el grupo de Txus Vidorreta superó a un rival muy combativo, que sin embargo acabó sucumbiendo ante la variedad de recursos de los aurinegros.

El conjunto insular rumió el triunfo con distintas armas, siempre desde la confianza que despierta su meticuloso entramado defensivo, ejecutado además con la intensidad que requería la ocasión.

Un acierto brutal en el triple en el primer acto (10/13 al descanso) y la capacidad para resistir luego la reacción burgalesa, con Fitipaldo tirando de galones, bien respaldado por la intensidad de Emir Sulejmanovic y la clase en la pintura de Gio Shermadini, explican en parte una victoria de mucho mérito.

No fue sencillo llevar el partido a la trinchera que más le convenía a los laguneros, entre otras cosas porque el Hereda San Pablo Burgos sacó provecho de su pareja interior Rivero-Kravic para firmar una buena puesta en escensa (3-7, 7-9).

Tuvo entonces el Canarias que emplearse a fondo para igualar el nivel de dureza de su adversario y mandar su primer aviso serio a navegantes desde la larga distancia. Los aciertos de un Salin inmenso (5/7 al receso), Cavanaugh y Sulejmanovic cimentaron un parcial de 12-2 y pintaron el guión del partido de aurinegro (21-15).

Con los tinerfeños fajándose de lo lindo atrás, el partido crecía ya según sus intereses. Lo intentó el Burgos, con un 0-7 al inicio del segundo cuarto (28-24), pero el Lenovo Tenerife respondió con entereza. Otro arreón insular desde el triple (¡9/11 en el minuto 15!) allanó un nuevo parcial de 13-1 para disparar su renta (41-26).

El Hereda estrechó el cerco antes de la pausa (51-42) y salió otra vez con todo, explotando de nuevo las bazas de Rivero y Kravic. Su reacción puso a los canaristas en aprietos (53-51), pero lejos de verse amedrentados, los de Txus Vidorreta sacaron pecho en el momento más oportuno.

Un triple de Doornekamp desatascó a los laguneros y devolvió el partido al redil aurinegro. La intensidad atrás de los canarios, el buen trabajo en la batalla del rebote, el paso al frente de Fitipaldo en la dirección, el poder interior de Gio y un par de mates de Fran Guerra y Emir para insuflar aún más ánimos a la causa supusieron la penúltima bofetada a un rival, el burgalés, que no sabía entonces como frenar el vendaval insular (69-51).

Pese a todo, el choque deparó un último intento de los hoy visitantes por llevar de nuevo la contienda al alambre. Ocho puntos consecutivos de Thad McFadden, bien sujetado hasta ese momento, acercaron al San Pablo (71-59), pero de manera tímida, entre otras cosas porque el Canarias seguía dando la impresión de que manejaba ya los hilos del partido.

Y así fue. Con Bruno ejerciendo de comandante general, el Lenovo Tenerife dio el último estirón camino de la victoria final. Un nuevo triunfo de muchísimo valor, que sitúa a los aurinegros, por tercera vez en cuatro años, en unas semifinales históricas de la Copa del Rey y les hace acreedores de su legítimo derecho a seguir soñando.