Carta abierta de Marco González, alcalde de Puerto de la Cruz

«Antes que nada, quisiera lanzar un mensaje de profundo agradecimiento a todas las instituciones, colectivos y personas que están dando lo mejor de sí para combatir esta crisis sanitaria sin precedentes que está afectando de una manera extraordinaria y dolorosa a nuestras vidas, tal y como la conocíamos. El eco de la crisis será duradero y afectará a todos los sectores de la población y tendrá graves consecuencias en todos los ámbitos de nuestra sociedad, en lo económico, en lo social, …

Como alcalde de un municipio como Puerto de la Cruz no puedo dejar pasar esta complicada situación sin subrayar lo que supone para una ciudad turística y por extensión para nuestra mayor industria, el duro momento que atravesará el sector. Por su propia idiosincrasia, el turismo en nuestras islas y en mi ciudad en particular, hace que toda la economía se mueva y, por ende, nuestro bienestar como sociedad depende de él.

Estoy seguro de que toda la sociedad española y la portuense en particular entiende la crítica tesitura en las que nos sitúa esta crisis sanitaria y sus complejas consecuencias, compartidas con el resto de los municipios turísticos del país. Por ello, no descubro nada si digo que se trata de una situación que demanda el desarrollo de políticas que tienen que estar especialmente dedicadas a recuperar ese turismo que literalmente nos da de comer.

Los municipios turísticos somos los principales sostenedores de la economía tinerfeña y diciendo esto no desmerezco al resto de municipios, sino que los hago partícipes de una realidad que marca el reloj de nuestras vidas. La solidaridad de los demás municipios que no lo son, tiene que estar con nosotros y apoyar cualquier iniciativa que se tome porque, entre otras cosas, sus vecinos trabajan en nuestras ciudades y también de una manera indirecta, el empleo de muchos de sus vecinos, dependen del sector. Hasta el desarrollo de nuestro sector primario en los últimos años se ha ligado tanto a la industria turística, con estrategias como el ‘kilómetro cero’, una gran idea para los agricultores, ganaderos y pescadores, pero con esta crisis, también los ha dejado en la estacada. No puedo olvidarme del desarrollo del sector comercial y todos los servicios de restauración y ocio de nuestras ciudades, que también son directamente dependientes y no sobrevivirán con el consumo local.

Si el Turismo es el motor económico de Canarias, no debemos ser sólo los municipios que ya prestamos los servicios, que hacemos un esfuerzo por dinamizar las ciudades, que nos encargamos de la promoción del destino, y soportamos todo lo que el turista quiere ver y disfrutar, ese turista que busca experiencias y quiere vivir emociones, los que nos veamos atascados en una cola que debe tener en cuenta las siguientes preguntas. ¿A dónde recurrirá el hotelero? ¿A dónde irán los representantes de las Zonas Comerciales Abiertas? ¿A quién va a dirigirse todo el sector comercial y de restauración? Ni el Estado, ni Canarias puede tratarnos igual que al resto, a lo hora de legislar y tomar medidas.

No debemos vernos solos, ni el Sector en su conjunto, ni los ayuntamientos, ni sentirnos más aislados de lo que ya estamos. Toca ahora poner todos los esfuerzos en la emergencia sanitaria, y cuando pase, las instituciones tienen que encontrar unas reglas de juego favorecedores para nosotros. Desde la AMTC venimos reivindicando el uso de nuestro remanente, desde el ámbito municipal reclamamos una línea de actuación conjunta para recuperar la marca, poner en valor nuestras señas de identidad y sobre todo que la industria, el sector hotelero y sus pequeñas y medianas empresas (agencias de viajes, guías turísticos, …), sientan el apoyo necesario.

Los municipios turísticos merecen, en esta inédita tesitura, toda la atención urgente que, sin duda, redundará como si de un diapasón se tratara en el bienestar del resto. Debemos ocupar así un lugar preeminente porque no debe haber ninguna duda de que la salida a la crisis sólo podrá venir con la reapertura del turismo y con medidas específicas, que hará que en pocos meses podamos ver la salida de este túnel en el que ahora, todos estamos sumidos y donde, por ahora, hay muy poca luz.

Me gustaría que estas palabras no se interpretaran como un grito de auxilio, ni de beneficencia, sino de justicia para una ciudadanía que espera ahora lo mejor de sus representantes.

Solo así estaremos más cerca, con todo el optimismo posible de renovarnos pronto, de reinventarnos, de recuperar la economía y la regularidad de un sector, que, en Puerto de la Cruz, no solo es necesario sino vital.