Santa Cruz firma el convenio de un proyecto para impulsar a mujeres de Añaza y Los Gladiolos

El Instituto Municipal de Atención Social (IMAS) del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha firmado un convenio con la fundación sin ánimo de lucro El Buen Samaritano para dar continuidad al proyecto Mujeres de Añaza Emprendedoras. En este programa se da una respuesta integral a 20 mujeres de diferentes barrios a través de un Itinerario Integrado de Inserción, donde se establece la forma de trabajo con el objetivo de conseguir la independencia, la autonomía y el empoderamiento de las usuarias.

Los pilares fundamentales del proceso de aprendizaje de cada mujer usuaria son: saber, aprender a hacer y hacer. Esta estructura metodológica se aborda tanto de forma individual como colectiva y se trabaja desde la autoestima –para que la persona tome conciencia del valor de sí misma- hasta la motivación y el fomento de sentimiento de independencia por parte de las mismas con el objetivo de conseguir un empleo digno.

Para apoyarlas en el camino y llegar al objetivo, se potencia que las propias mujeres tomen conciencia de que son protagonistas de sus vidas a través de la adquisición de responsabilidades, habilidades, toma de decisiones y participación en procesos de índole social. Con esto se persigue la inclusión social y el desarrollo personal de las mujeres y sus familias en situación de exclusión social o en riesgo de padecerla. Por ello, la máxima del proyecto desde su inicio es “ser persona en sociedad” buscando un sentido vital y una participación social activa en la misma.

La concejala de Atención Social y presidenta del IMAS de Santa Cruz de Tenerife, Marta Arocha, explica que “un proyecto como este que trabaja por el empoderamiento de las mujeres, tan necesario en nuestra sociedad donde sigue habiendo una brecha de género en muchos ámbitos, entiendo que necesitaba un compromiso mayor y es por eso que se ha formalizado un convenio para dar continuidad y seguridad a unas acciones tan importantes como las que se están realizando por y con mujeres de nuestra ciudad ”.

Son necesarios proyectos como este, donde se trabaja en métodos que abordan a la persona como un “todo”, sin olvidar ninguno de sus aspectos e ir visualizando los principales obstáculos que cada mujer trae consigo, para que desde una atención psicosocial se puedan generar alternativas a través de las cuales cada persona vaya encontrando respuestas válidas para sí mismas y su inserción en la comunidad de referencia. Esto se hace desde un enfoque innovador, utilizando un espacio polivalente de aprendizaje y servicio a la comunidad para que con el acompañamiento técnico, gestionen diferentes trabajos de utilidad social y pequeños proyectos de prestación de servicios; todo ello sin ánimo de lucro, reinvirtiendo los ingresos obtenidos en la sostenibilidad del proyecto.

Arocha también quiere destacar los resultados de inserciones laborales que se han visto, ya que el trabajo de empoderamiento de las mujeres ha facilitado la inserción de algunas de las participantes en el campo de la hostelería, atención domiciliaria y peluquería y estética etc. al mismo tiempo,  recalca que “en estos resultados tienen mucho que ver la coordinación a muchos niveles y la colaboración entre entidades públicas y privadas y, por supuesto, al esfuerzo de las propias mujeres y de los/las profesionales y voluntarios que forman parte de este proyecto.

Las zonas de ámbito de intervención son el Barrio de Añaza, Santa María del Mar, Cuevas Blancas, Los Alisios, Acorán y Los Gladiolos. Aunque las acciones que realiza la Fundación Buen Samaritano llegan cada vez a más personas que lo necesitan gracias a las ayudas y subvenciones que proporciona el  Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en beneficio de la lucha por el bienestar social de todos los chicharreros y chicharreras.

La finalidad no es otra que cooperar e invertir para mejorar la calidad de vida de las mujeres implicadas en el proyecto, mayoritariamente proporcionando la confianza y el empoderamiento necesario para insertarse en el mundo laboral. Por ello las actividades -mayoritariamente- van dirigidas a ellas y a sus hijos en situación de necesidad, con cargas familiares no compartidas, con bajo nivel educativo, escasa o nula experiencia laboral, y sin perspectivas cercanas de trabajo.