El personal del Cabildo entrega 3.705 propuestas para implantar el teletrabajo

La Corporación insular confía en que el proceso sirva de experiencia a otras administraciones y las empresas privadas

Reunión de teletrabajo celebrada en el Cabildo de Tenerife. | Cabildo de Tenerife

El área de Presidencia, Hacienda y Modernización del Cabildo de Tenerife, que dirige Berta Pérez, ha puesto en marcha un proceso participativo entre su personal para planificar la implantación del teletrabajo de manera estable en la corporación insular. Berta Pérez valora la elevada participación e implicación del personal en este proceso, en el que a las reuniones periódicas que se están manteniendo, en las que participan de manera estable unas 80 personas, se añade la cumplimentación de un cuestionario que ha realizado casi el 60% de las 899 personas a las que se ha dirigido, un total de 523.

“Actualmente se está llevando a cabo un análisis pormenorizado de todas las aportaciones y propuestas que hemos recibido y que suman un total de 3.705, una cifra muy elevada que da cuenta del interés del personal de esta corporación por el proyecto serio, seguro, riguroso y factible de teletrabajo que planteamos”, explica la consejera, que recuerda que esta iniciativa se incluye en el Pacto para la Activación Social y Económica de Tenerife. Este proceso de implantación del teletrabajo de manera estable en el Cabildo podrá servir de experiencia a otras administraciones, como los ayuntamientos de la isla, a las empresas privadas en sus propias iniciativas para la adopción de este sistema.

Las 3.705 propuestas y sugerencias recibidas se han agrupado en cinco categorías para sistematizar y analizar mejor la información. Así, la mayoría de las aportaciones están vinculadas a la dotación de medios técnicos y conexiones, la prevención de riesgos laborales, el trabajo en equipo, la organización del trabajo y la experiencia personal y pertinencia del teletrabajo.

La directora insular de Recursos Humanos, Lidia Pereira destaca “la importancia de este proceso participativo indispensable, ya que para que la implantación del teletrabajo en el Cabildo tenga éxito necesitamos que el personal aporte su perspectiva y sus propuestas. Por tanto, emprendemos un proceso para informar, escuchar y avanzar en el desarrollo de este nuevo sistema, en diferentes fases, cuya etapa de implementación está prevista hasta julio de 2021”. Lidia Pereira señala, entre los objetivos del teletrabajo, la mejora de gestión del servicio público para la ciudadanía de Tenerife, y de la conciliación de la vida laboral y personal.

Por su parte, el director insular de Modernización, Daniel González indica que “la implantación estable del teletrabajo es una pieza fundamental del Plan de Modernización 2020-2023 que recientemente ha aprobado el Cabildo y en el que también estamos contando con una gran participación por parte de los trabajadores y trabajadoras de la corporación”. Daniel González señala algunas ventajas de este sistema de teletrabajo, como la reducción de costes, tanto para la administración pública como para el personal, así como una mejora de los problemas de movilidad y contaminación, al reducirse los desplazamientos al centro de trabajo, entre otras cuestiones. En este sentido, el director insular apuntó que hay que destacar que “la huella de carbono del personal en teletrabajo es de 1.827,63 toneladas de CO2 al año y la reducción de impresiones de papel es del 79%”.

Los resultados preliminares del cuestionario realizado al personal de la corporación insular revelan que un 92% de los y las participantes considera que el teletrabajo es una opción viable para el desempeño de su puesto de trabajo; un 62% valora su experiencia personal relacionada con el trabajo a distancia y un 75% cree que el teletrabajo facilita la conciliación de la vida laboral, personal y familiar. El 93,5% de las personas siente que el trabajo que ha desarrollado en este tiempo ha sido útil y ha contribuido a los objetivos estratégicos de su área.

En general el teletrabajo es una opción bien recibida por la práctica totalidad de encuestados y encuestadas siempre que se cumplan ciertas cuestiones, como la combinación con el trabajo presencial, la dotación de los medios técnicos  y materiales necesarios, que se establezcan objetivos claros y equitativos y que se lleve un control de su cumplimiento, entre otras.