Bodegas Tajinaste está afincada en la calle El Ratiño, en el orotavense barrio de La Perdoma, al norte de la isla de Tenerife, en las Islas Canarias. La pequeña finca familiar, destinada en principio a otro tipo de cultivos, fue introduciendo la vid a partir del año 1939, de la mano de Candelaria Lorenzo y Domingo Farráis, abuelos de la actual generación. La herencia de esa época se aprecia en las vides que aún conservan la técnica de trenzado en sus raíces para permitir la coexistencia con el sembrado de otros cultivos, que abastecían la tienda de alimentación propiedad de la familia.
Desde entonces, Bodegas Tajinaste ha mantenido una estrecha conexión con los valores tradicionales de la viticultura canaria y las peculiaridades del territorio de la región. Sus vides se cultivan en laderas volcánicas caracterizadas por un suelo fértil y un clima cálido y seco. Este entorno único, combinado con la pasión y dedicación de la familia, ha dado vida a una gama excepcional de vinos que reflejan la autenticidad y el carácter de Tenerife.
Acorde a lo relatado por miembros de la familia, sería una de las hijas de Candelaria y Domingo, Cecilia, junto a su esposo Agustín, la que daría continuidad a la tradición vitivinícola de las bodegas (que inicialmente comercializó su producción con la denominación de El Ratiño hasta adoptar la actual de Tajinaste) incorporando a la producción familiar (que aunaba los cultivos de las parcelas de las hermanas de Cecilia: Nena, Ñica, Ilda, Charo, Juana) con nuevas parcelas, dando lugar con ello diversas variantes de uva que han permitido enriquecer su catálogo de vinos.
Hoy en día, Bodegas Tajinaste destaca por su enfoque sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Adoptando paulatinamente nuevas técnicas y apostando por tratamientos ecológicos, se aseguran de que sus viñedos sean cultivados de manera responsable. El resultado es un paisaje diverso y lleno de vida, donde las vides se entrelazan con otras plantas autóctonas, fomentando la biodiversidad y preservando la rica flora y fauna de la región.
Además, las Bodegas Tajinaste ha impulsado el enoturismo en la zona con la creación de su propio centro de visitantes, ubicado en las instalaciones del barrio perdomero. Este espacio acoge a amantes del vino y curiosos que desean descubrir el proceso de elaboración, degustar sus exquisitos vinos y sumergirse en la historia y tradición de la bodega. La hospitalidad y el amor por su tierra se reflejan en cada visita, ofreciendo una experiencia inolvidable a sus visitantes.
Con una filosofía arraigada en el respeto por la tierra y el deseo de preservar la herencia vitivinícola de las Islas Canarias, Bodegas Tajinaste aspira a seguir creando vinos de alta calidad que honren la esencia de cada una de las Islas. Cada botella de vino es un homenaje a la tierra volcánica, a la tradición familiar y a la pasión por el arte de la vinificación.
Para saber más no dudes en visitar su sitio web.