La Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias modera en su segundo informe de previsiones sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 la caída del Producto Interior Bruto (PIB) del Archipiélago durante 2020 al pronosticar un rango del 12,9 al 18,3% y establece la recuperación prevista para el próximo año entre el 9,1 y el 10,3%.
“Es una imagen fija con los datos actuales y no significa que obtengamos una foto distinta dentro de dos meses, de hecho, algunas primeras previsiones llegaron a estimar una caída de casi el 30% del PIB este año, un escenario que se ha modificado y mejorado gracias al proceso de reactivación”, explicó la consejera autonómica de Economía, Conocimiento y Empleo, Elena Máñez, durante la presentación del documento este martes en la capital grancanaria.
Realizado mediante el modelo econométrico desarrollado para la administración autonómica por el Centro de Predicción Económica (Ceprede), el último informe también cuenta con la colaboración de la Consejería de Turismo, Industria y Comercio para diseñar un escenario central y dos adicionales, optimista y pesimista, en base al comportamiento de la demanda turística, es decir, según la evolución de las personas visitantes ante la pandemia de coronavirus.
Con un volumen más abundante de datos que en mayo y un cierto mayor conocimiento de la posible tendencia del sector turístico en los próximos meses, la Viceconsejería de Economía e Internacionalización muestra tres hipótesis con una mejoría de 0,2 a 1 punto porcentual en el rango de contracción del PIB en 2020 con respecto al primer documento (12,7 al 19,2%), por lo que se mantiene como principal conclusión un impacto de la crisis más profundo que en el conjunto de España debido al desplome del turismo y a la dependencia del sector en las Islas.
Además, el informe establece el crecimiento a lo largo de 2021 en un intervalo del 9,1% al 10,3%, un proceso de recuperación limitado por las dificultades de la movilidad como consecuencia de una menor conectividad aérea a causa de la crisis sanitaria al situarse la máxima capacidad durante el próximo año por debajo del 80% existente antes de la propagación del SARS-CoV-2.
Por tanto, la caída del PIB nominal de Canarias en 2020 se calcula de 5.679 a 8.159 millones de euros, lo que supone entre 2.637 y 3.784 euros por habitante; mientras que la recuperación del índice el próximo año se estima entre 3.368 y 4.019 millones de euros, de acuerdo con el documento expuesto por Elena Máñez junto a la viceconsejera de Economía, Almudena Estévez.
Escenario central
Ya disponible en sitio web institutucional (https://www.gobiernodecanarias.org/economia/politica_economica/covid.jsp), el segundo informe de previsiones económicas considera como más factible el escenario central, con una contracción en el PIB del 14,1% en 2020 y una recuperación del 10,3% el próximo año.
De hecho, la hipótesis central del informe prevé una disminución de 68.100 personas ocupadas en 2020, con un aumento de cinco puntos hasta situar la tasa de paro en el 25,4%; mientras que pronostica una recuperación del mercado laboral el próximo año con un incremento de 57.500 personas trabajadoras, con una reducción de tres puntos hasta un índice del 22,4% sin recuperarse todavía el nivel de 2019.
“Nos situaríamos por debajo de la peor cifra de desempleo, sufrida en la anterior crisis económica, con una tasa de paro del 33% en 2013”, valoró la consejera Máñez antes de “tomar los datos con todas las cautelas porque mantenemos un volumen de población importante sujeto a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que han demostrado su eficacia a la hora de mitigar la destrucción de puestos de trabajo y el mantenimiento de las empresas”.
“La desaceleración de la actividad después de tocar fondo en abril, y en algunos indicadores en mayo, ya marcó una inflexión al alza de forma que los indicadores presentan una gradual, aunque lenta, reactivación”, consideró Almudena Estévez antes de recordar las revisiones periódicas de las predicciones económicas conforme a los nuevos datos para realizar un seguimiento continuo de la crisis causada por la pandemia de la COVID-19.