La Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias pronostica una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 12,7 al 19,2% durante 2020 en el Archipiélago como consecuencia de la crisis derivada de la pandemia de COVID-19 y un rebote de la actividad del 14,3 al 16,3% para 2021.
El departamento dirigido por Elena Máñez presenta esta semana oficialmente las primeras predicciones económicas de Canarias para este año y el próximo ejercicio, un informe con tres escenarios de impacto de la COVID-19, ya publicado en la web institucional (www.gobiernodecanarias.org/economia/politica_economica/covid.jsp) y sujeto a “futuras actualizaciones periódicas de acuerdo con la mayor información disponible en cada momento”.
“Las previsiones de los tres escenarios indican que el PIB real de Canarias en 2020 experimentará una contracción que oscilará entre un -12,7% y un -19,2%, con un escenario central del -15,0%. Para 2021 se espera una recuperación de la actividad cuantificada en un intervalo de crecimiento entre el 14,3% y el 16,3%”, resume el documento elaborado por la Viceconsejería de Economía e Internacionalización antes de calcular entre 5.622 y 8.632 millones de euros la reducción del PIB nominal a lo largo de este año.
Realizado mediante el modelo econométrico desarrollado para la administración autonómica por el Centro de Predicción Económica (Ceprede), el informe augura para 2020 una reducción del empleo del -6,7 al -10,6%, entre 60.600 y 95.900 ocupados menos; y una recuperación el próximo año del 2,5% al 9,2%, entre 20.000 y 80.000 trabajadores más.
Recuperación en base a la demanda turística
El estudio cuenta con la colaboración de la Viceconsejería de Turismo para diseñar un escenario central y dos adicionales, optimista y pesimista, en base al comportamiento de la demanda turística, es decir, a la evolución más o menos negativa tanto de los visitantes extranjeros como de los nacionales con respecto a la situación previa a la pandemia por coronavirus.
El escenario optimista implica el comienzo de la recuperación gradual de la demanda turística a partir del segundo trimestre, junio para el turismo nacional y julio para el extranjero, por lo que se sitúa la normalización en unos niveles previos a la pandemia en torno a febrero de 2021.
Con idénticos plazos pero con menor intensidad, el escenario central estima la normalización en marzo y abril de 2021 para el turismo nacional y extranjero, respectivamente. Por último, el escenario pesimista postpone el inicio de la recuperación a julio para el turismo nacional y a octubre para los visitantes extranjeros, por lo que se calcula la vuelta a los niveles de antes de la pandemia en junio de 2021.
“Profundo impacto”
En el escenario central, “que se considera el más plausible, se espera un descenso del PIB real en 2020 del -15,0%, equivalente a 6.695 millones de euros en términos nominales. Para 2021 se prevé un repunte del crecimiento del 16,2%, si bien todavía no se retomaría el nivel de 2019”, pronostica el informe de Economía.
Reflejo de la pérdida de actividad, el mercado de trabajo experimenta en el escenario central un descenso del 8,1% en 2020, alrededor de 73.100 personas ocupadas menos, por lo que la tasa de paro aumenta en cinco puntos porcentuales hasta el 25,5%. Como afirma la consejera, Elena Máñez, “es un hecho que las medidas de protección de los trabajadores y trabajadoras y de flexibilización de los ERTE adoptadas han conseguido reducir el impacto en la actividad y el empleo; de no ser por estas medidas, el impacto hubiera sido mucho mayor”.
Así, el documento prevé para 2021 una recuperación del mercado de trabajo, manifestada en un repunte del empleo, que aumentaría en 64.600 personas ocupadas, con lo cual todavía no se volvería a niveles de 2019. La tasa de paro del próximo año se situaría en el 20,7%, frente al 20,5% del ejercicio precedente.
Por su parte, la viceconsejera de Economía e Internacionalización, Almudena Estévez, coincide en que “todas las iniciativas de apoyo a familias, personas trabajadoras y empresas han permitido mitigar los efectos sociales y económicos de la pandemia, si bien están suponiendo un gran esfuerzo en términos de apoyo presupuestario por parte de las administraciones públicas, tanto estatal como regional”. “Este esfuerzo valdrá la pena si logramos una pronta y segura recuperación, y que en el peor de los escenarios la tasa de paro de Canarias no alcance cifras como el 33% del año 2013, ocasionado por la anterior crisis económica”, añade.
En definitiva, “de los resultados obtenidos se concluye el profundo impacto de la pandemia sobre las principales variables macroeconómicas de Canarias, en mayor medida por la elevada dependencia de nuestra economía del turismo”, finaliza el informe de la Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias, que traslada “un mensaje de cierta cautela” respecto a las cifras publicadas ante el alto grado de incertidumbre sobre la evolución de la crisis a causa de la COVID-19.