La directora general de Juventud, Laura Fuentes, ha mantenido un encuentro con los decanos de los colegios profesionales de Psicología Santa Cruz de Tenerife y de las Palmas, Carmen Linares y Francisco Javier Sánchez, respectivamente, con el objetivo de abordar acciones conjuntas que permitan acabar con el estigma de la salud mental y combatir el incremento del malestar emocional que están experimentando especialmente jóvenes y adolescentes con los nuevos hábitos de vida tras la pandemia.
“Tenemos una preocupación común por la salud mental de nuestra juventud -asegura Laura Fuentes- el aislamiento que ha generado la pandemia, una crianza como no era habitual, el hecho de alejarnos físicamente de nuestras amistades, no ir a clase, no tener experiencias de vida como antes, unido a los problemas económicos y sociales que ha generado la pandemia en muchas familias, están ocasionando que haya un incremento de fobias, miedos, trastornos alimenticios entre personas cada vez más jóvenes que deben ser tratados en los gabinetes profesionales”.
La decana del Colegio Oficial de Santa Cruz de Tenerife, Carmen Linares, coincide con la directora en que “se trata de un sector de la población especialmente vulnerable en la actual situación de crisis”, así como en los factores que están propiciando una inestabilidad en la salud mental de la juventud y desencadenando “un incremento del malestar, miedos, el debut en crisis de ansiedad y tentativas de suicidio”.
Por su parte, el decano del Colegio de Las Palmas, Francisco Javier Sánchez, considera que el desarrollo de la nueva Ley de Políticas de Juventud “es una oportunidad para poder hacer frente a esta situación no de una forma coyuntural, sino estable en el tiempo”. Además, espera que “sea una herramienta que nos permita trabajar en pro de los jóvenes a todos los niveles y no sólo en salud mental, que ahora nos preocupa enormemente, sino también en el ámbito de la intervención social, educativa y laboral”.
La directora general de Juventud expone que, tras esta primera toma de contacto, van a trabajar conjuntamente en el diseño de acciones que faciliten este abordaje, también en las islas no capitalinas y que permitan el desarrollo de “campañas de concienciación que puedan ayudar a familias y al profesorado a sensibilizar al entorno sobre la gravedad de la situación”.
Uno de los grandes retos es reforzar la psicología como un valor añadido para tener éxito en el trabajo, en la vida diaria o los estudios. “Debemos acabar con el tabú de ir al psicólogo -manifiesta Laura Fuentes-, positivar el trabajo profesional, acercarlo a la gente joven para normalizarlo y servir de apoyo. Nos torcemos un tobillo y vamos al traumatólogo, pero sentimos ansiedad y lo dejamos pasar, no le prestamos la suficiente atención”.
A medio plazo, el objetivo es la redacción de un convenio en este aspecto que tenga una dotación económica reflejada en los presupuestos del próximo año y que permita abordar estas situaciones y “llegar a las personas más vulnerables, quienes menos recursos tienen y no se puede permitir ir a gabinetes privados de psicología para recibir la atención que precisan, y entendemos que los colegios profesionales son el espacio ideal, el espacio experto para ayudarnos a generar propuestas concretas”.
Otra de las cuestiones planteadas en este primer encuentro fueron las consecuencias del COVID en la gente joven que no ha podido vivir el duelo de algún familiar que ha perdido la vida en este periodo.