Esta mañana, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha leído el siguiente manifiesto institucional de repulsa por el caso de Olivia y Anna.
«Lamentablemente nos volvemos a encontrar con un nuevo caso de violencia machista. El asesinato de Olivia, de 6 años de edad, secuestrada junto a su hermana Anna, de un año, por el padre de ambas en Tenerife, constituye un duro golpe a nuestros valores como sociedad canaria. Una muestra de la violencia más cruel y retorcida, la violencia vicaria, la que ejerce un hombre sobre una mujer arrebatándole lo que más quiere: a sus hijas e hijos. Una violencia instrumental en la que se utiliza a menores para causar en la mujer un daño mayor que si la agrediera a ella directamente.
Un daño planificado que recae sobre Beatriz y que hacemos nuestro. Un dolor que se extiende por toda la sociedad canaria y que nos obliga a dar una respuesta de mayor unidad y contundencia. Ningún maltratador es un buen padre.
Diríamos que una mujer y una niña han sido asesinadas en lo que va de año en Canarias, pero en realidad son ya 97 vidas de mujeres y 7 menores que el machismo nos ha arrebatado desde el año 2003. En este sentido, el Gobierno de Canarias ha tomado la decisión de no poner el contador a cero al comenzar el año y seguir nombrando a cada una de las víctimas de violencia machista, mujeres y menores, pues lo contrario sería invisibilización y olvido.
Cabe destacar que este asesinato no es un hecho aislado, que si bien el feminicidio es la demostración más extrema de violencia contra las mujeres, no es el único ejemplo, pues vivimos en una sociedad profundamente desigual, cuya estructura social fomenta todo tipo de discriminaciones y violencias contra las mujeres: violencia física, violencia económica, violencia psicológica, violencia sexual, violencia simbólica, violencia vicaria.
Es por ello que el papel de las instituciones es importante en la búsqueda de una sociedad igualitaria y justa: una desigualdad estructural necesita de medidas estructurales para ser subvertida, políticas públicas que en colaboración y consonancia con todos los agentes sociales, transformen gradual, pero firmemente este mundo, hasta convertirlo en un lugar donde el simple hecho de ser mujer no constituya un peligro de muerte.
Cierto es que ya hace muchos años que, al igual que a lo largo y ancho del planeta, en este país hemos iniciado el camino feminista hacia una vida libre de violencias machistas, y en él hemos ido avanzando. Sin embargo, hoy nos toca visibilizar y denunciar una atrocidad machista más, y mientras esto continúe sucediendo nos veremos en la obligación de reconocer que aún nos queda camino que recorrer.
Una vez más, lanzamos nuestro mensaje de rechazo rotundo de la violencia machista en todas sus manifestaciones y nuestro compromiso con la igualdad.
Confirmamos a las mujeres y menores en situación de violencia, y a la sociedad en su conjunto, que seguiremos enfocando nuestro esfuerzo en tomar medidas efectivas contra la violencia de género, así como en incidir en cambios profundos que nos encaminen hacia la erradicación de la violencia machista, para que algún día podamos decir que el machismo, la violencia contra las mujeres, niñas y niños y la vulneración de sus derechos, son cosas del pasado.»