La detección precoz y el seguimiento estrecho de casos sigue siendo la apuesta clave en Canarias para el control de rebrotes después de la entrada en la nueva normalidad. El modelo aplicado destaca por su capacidad de rastreo, como refleja el último informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, que sitúa a la Comunidad Autónoma a la cabeza en la detección de contactos, con una media de seis casos con entre tres y 27 contactos por positivo, mientras que la media nacional es de un contacto con un rango de entre cero y tres. Sin embargo, la media ya a día de hoy es de ocho casos.
El estudio de contactos se inició con el primer caso en España, el 29 de enero, en La Gomera y actualmente cada día se detectan unos 200 casos sospechosos en Canarias a los que se les realiza PCR con resultado negativo en el 97 por ciento de los casos.
Detrás de estos buenos resultados está la acción coordinada del centenar de profesionales de los equipos COVID en cada una de las islas o áreas de salud, coordinados por los 22 médicos y enfermeros de la Dirección General de Salud Pública, y la implicación de los más de 5.000 médicos y enfermeros de Atención Primaria. Esta última es una de las bazas del seguimiento realizado en Canarias: un modelo muy pegado al terreno, reforzado por el conocimiento cercano del paciente y su entorno que aportan los profesionales de la medicina familiar.
El equipo de la Dirección General de Salud Pública realiza la verificación de todos los casos y el seguimiento de los más complejos, como aquellos que implican a personas con desplazamientos desde el exterior o entre islas, además de la gestión y coordinación general de la información obtenida para la adopción de medidas. Ante la confirmación de un caso positivo, además de practicar la prueba PCR al núcleo familiar conviviente, se inicia la localización de los contactos estrechos, es decir, a aquellas personas con las que el paciente detalla haber compartido espacio en los días previos por un tiempo superior a 15 minutos y/o sin haber guardado las medidas sanitarias, como la distancia interpersonal o el uso de mascarilla. Estas son contactadas por vía telefónica y citadas para someterse a una prueba PCR antes de 24 horas, que determinará si han sido contagiadas. Los casos positivos pasarán a cuarentena y se inicia el correspondiente rastreo y seguimiento de sus contactos estrechos.
Tanto la agilidad, como la localización efectiva del mayor número de contactos estrechos resultan clave para frenar posibles rebrotes y los datos del informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica reflejan la eficacia del sistema en Canarias, donde esta red de rastreo ha permitido que se tarde menos de 24 horas en aislar a las personas sospechosas de ser positivo y que en un máximo de 48 horas se aporten los resultados de las pruebas.
El jefe del Servicio de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de Salud, Amós García, destaca la apuesta por el seguimiento de casos que se ha hecho en Canarias desde el comienzo de la pandemia, asumiendo la importancia que tienen los profesionales para disponer de una red efectiva de rastreo que permita localizar los casos positivos, para evitar brotes y casos secundarios.
“Hasta que no llegue la vacuna es imposible aspirar a terminar con la pandemia y el objetivo es minimizar los contagios”, explica Amós García. En este sentido, el jefe de Sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública remarca que en el logro de ese objetivo, además de disponer de una buena red de seguimiento de los casos, es fundamental reclamar la responsabilidad de la ciudadanía en el cumplimiento de las medidas sanitarias para evitar contagios.
Sobre este último aspecto cabe recordar la campaña publicitaria ‘El último regalo’ puesta en marcha por la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias para concienciar a la ciudadanía sobre los riesgos que tiene para la salud el incumplimiento de las recomendaciones higiénicas y de seguridad para evitar contagios por coronavirus en reuniones y fiestas familiares o con amigos.
La Consejería de Sanidad insiste en la importancia de mantener las medidas de seguridad como son la correcta higiene de manos, guardar la distancia interpersonal de 1,5 metros y el uso de mascarillas en ambientes cerrados y abiertos cuando no sea posible mantener dicha distancia.