El Iberostar Tenerife se impuso este sábado a un buen Joventut (86-82) para festejar su quinta alegría consecutiva y firmar así el mejor arranque de su historia en la élite (5/0). El grupo de Txus Vidorreta se llevó un partido vistoso, de poder a poder, que los aurinegros rumieron con coraje e intensidad para decantar a su favor la balanza de los detalles.
La fortaleza del bloque, con Gio Shermadini otra vez en modo MVP (25 de valoración); el paso al frente de Sergio Rodríguez, en su mejor versión de siempre; y el buen manejo de sus prestaciones en un epílogo parejo, incluidas varias defensas claves, explican en parte la trabajada victoria canarista ante un rival liderado por la calidad de Ante Tomic (35 créditos de nota) y el oficio de Ribas o Bassas.
No lo puso nada fácil la Penya, que demostró el porqué de su excelente inicio de temporada (los de Badalona acumulaban un balance de 7/1 entre Eurocup y ACB antes de visitar el Santiago Martín) El partido nació y creció igualado, sin un dueño claro de los acontecimientos. El Iberostar Tenerife trataba de imponer su ritmo ante un Joventut que exprimía el rebote ofensivo (tres en el primer cuarto) y los puntos al cuatro de Brodziansky (13-14).
El buen hacer de la segunda unidad canarista, muy intensa atrás y con varias acciones de mérito de Fran Guerra, cimentó un primer arreón significativo de los anfitriones. Los triples de Sergio Rodríguez y el poder interior de Gio construyeron un parcial de 11-2 (36-24) para amagar con la estampida, pero los visitantes devolvieron el golpe camino del descanso, con otro parcial idéntico que devolvía el choque al alambre (43-43, min. 20).
Tras la pausa, el Canarias trató de mejorar prestaciones bajo tablero, reduciendo un poco la brecha abierta en la pelea del rebote y respondió con entereza a los intentos del Joventut por llevar el partido a su trinchera (67-62 tras triple de Fitipaldo). El choque enfilaba su final muy parejo y el Iberostar Tenerife manejó bien sus opciones.
Primero para equilibrar los chispazos de Zagars (69-72) y luego para actuar con mano firme en los minutos decisivos. Tras una fase marcada por el intercambio de tiros libres, el grupo de Txus Vidorreta insinuaba su golpe definitivo (81-75), pero la Penya daría aun más guerra (83-80). En esa tesitura, con el encuentro chico a chico, un triple providencial de Aaron Doornekamp para el 86-80 y una par de buenas defensas aurinegras allanaron ya del todo la quinta y meritoria alegría aurinegra en otros tantos partidos.