Otra alegría para aferrarse al sueño del playoff. El Iberostar Tenerife cerró este sábado con un nuevo triunfo su gira gallega, el segundo en menos de 48 horas y el decimoséptimo en ACB, al imponerse al Monbus Obradoiro (79-90) con un gran ejercicio colectivo, que le permite hacerse un hueco en los puestos de privilegio de la tabla.
Una primera parte de mucho mérito, exhibición defensiva incluida (31-45), la solidez del bloque para soportar luego los arreones de un rival necesitado, un trabajo enorme de la supuesta segunda unidad (48 puntos del banquillo) y la sabia batuta de su pareja de bases, explican en parte la victoria de esta tarde noche en Fontes do Sar.
Fue fiel a su estilo el grupo de Txus Vidorreta, que hizo de la solidaridad colectiva su mejor virtud (22 asistencias), y se amparó en la mejor versión de Sebas Saiz y Nico Brussino; así como en el oficio de Javi Beirán y Tim Abromaitis, para sacar adelante un partido no exento de dificultades. Y más si cabe cuando sufría la baja de última hora por fiebre un virus estomacal de Nico Richotti, fundamental el jueves en el triunfo en Lugo.
Arrancó muy fiable atrás el Canarias, que pese a sufrir el buen hacer de Kostas Vasileiadis desde el 6,75, se mostró infalible en los tiros de dos (6/6 al cierre del primer cuarto y 12/15 al descanso). Muy atento a las líneas de pase, controlando las pérdidas (cuatro al receso) y el rebote, el conjunto insular aceleró con decisión en la transición del primer al segundo cuarto.
Un parcial de 1-17 (los gallegos solo anotaron desde el 4,60 durante cuatro minutos de juego), coincidiendo con el buen trabajo en los dos aros de Sebas Saiz y con la verticalidad de Nico Brussino, dinamitaron el partido a favor de los canaristas (19-35), que llegaron incluso a disfrutar de una renta de 16 puntos antes de la pausa (27-43, min. 18) y fueron sumando progresivamente efectivos a la causa, incluidos los intangibles de Gillet o Staiger, por ejemplo (+15 y +18 en el +/-).
Sin noticias de Simons, solo Andreas Obst y Nacho Llovet parecían entonces en condiciones de contrarrestar el buen juego de los tinerfeños. Con la permanencia aún sin amarrar, el Obradoiro salió con todo tras el paso por vestuarios y comenzó a sumar de tres en tres, especialmente de la mano de Álbert Sábat. Apretó entonces de lo lindo el Fontes do Sar, pero el equipo aurinegro se mantuvo firme.
Un triple de Nico Brussino y el temple de Bassas, autor de cinco puntos consecutivos camino del último cuarto, le dieron un nuevo resuello a los visitantes (50-65, min. 30); si bien los gallegos no estaban dispuestos a rendirse. Obst, primero; y Vasileiadis, después, dieron un paso al frente entre los anfitriones, y estrecharon el cerco (72-76).
Sin embargo, varias acciones de mérito de Javi Beirán y cinco puntos oportunísimos de Tim Abromaitis para el 72-80 estiraron de nuevo la ventaja canarista, ventaja consolidada poco después con un triplazo de San Miguel (74-86), que terminaría de allanar el meritorio triunfo de los laguneros, el cuarto consecutivo en la Liga Endesa, cinco en sus últimos seis compromisos.