Rodar sobre dos ruedas por carreteras desérticas con la sensación de estar desplazándose por la ingrávida e inaccesible superficie lunar es la impresionante sensación que han podido experimentar ciclistas de la talla de Alberto Contador, Chris Froome, Vincenzo Nibali, Geraint Thomas, “Purito” Rodríguez, Ivan Basso o Fabio Aru. Una singular experiencia brindada gracias a su estancia en el Parador de Las Cañadas del Teide, que desde el año 2000 se ha convertido en un destino obligado para el entrenamiento de muchos de los equipos ciclistas profesionales de la escena internacional.
A la hora de planificar la pretemporada, las principales escuadras optan por complementar la preparación con un periodo de entrenamiento en altura con el fin de mejorar el rendimiento de los corredores sobre la bicicleta. La disminución de la concentración de oxígeno incrementa considerablemente la capacidad pulmonar, el sistema cardiovascular responde con la disminución de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y el estado inmunológico mejora con un aumento del hematocrito y la producción natural de EPO, que hacen que la capacidad física sea mucho mayor.
Bajo este objetivo, el exclusivo parador tinerfeño reúne las condiciones ideales para llevar a cabo estas concentraciones y se ha convertido en todo un referente para este sector. Situado a los pies del Teide, a 2.200 metros de altitud, la eterna primavera que se vive en la Isla, con una temperatura media anual de 23 grados, resulta un reclamo difícilmente igualable. Las concentraciones se suelen realizar entre los meses de enero a mayo, con carácter previo a que arranque el calendario de las grandes pruebas internacionales.