Llega la hora de la verdad. A partir de las 17:00 horas (Mírame TV y RTVC) el Iberostar Tenerife tendrá que demostrar de qué está hecho y si aquella Final Four de la BCL ganada en Tenerife en 2017 fue el principio de algo más grande en el deporte continental. Si fue la primera página de su historia europea, los de Txus Vidorreta están llamados hoy a escribir la segunda.
Algunos de aquellos rostros de la foto bajo el confeti dorado y la alegría desbordante repiten nervios y hambre de éxito. Parece ideal que Txus vuelva a dirigir a los aurinegros desde el banquillo, asistido por Marco Justo y Nacho Yáñez. Ideal para los que sueñan, porque este Iberostar Tenerife invita a eso, a soñar con el que equipo modesto al final triunfa. Los ases ya no están bajo la manga y se puede contar con la entrega de Rodrigo San Miguel, los tiros con ‘marca’ de Abromaitis, el mejor Petit, la intensidad de Bassas, el arrojo de Richotti e incluso el también retornado Davin White, que se gusta en las grandes citas; pero sobre todo, esta vez sí, con la ambición de Javier Beirán; quien busca sacarse la espina de aquella final que vio desde el banquillo debido a su lesión. Los jugadores que no estuvieron en aquella ocasión (Iverson, Staiger, Gillet, Sáiz, Brussino) se han dejado contagiar a lo largo de la temporada de esa conexión que el equipo canarista demuestra tener con la competición de clubes europeos de FIBA. Se han plantado en la final, en alguna ocasión tirando de actuaciones épicas y hoy toca refrendar el esfuerzo con máxima entrega. Ya lo avisaron en semifinales dejando fuera al anfitrión delante de 17.289 personas.
No hay medias tintas en una Final Four. Será un juego a todo o nada. Y pocos rivales podrían tener más ganas de devorar el negro y oro tinerfeño que la Segafredo Virtus Bologna. Los italianos se han empleado a fondo para estar esta tarde sobre el parqué del
Sportpaleis. No solo han tirado de presupuesto. Se deshicieron en semifinales del Brose Bamberg con una defensa férrea, anulando a Rice con una sincronización colectiva casi perfecta. El dos veces campeón de la Euroliga, de pasado glorioso con nombres que tienen página propia en esa historia del baloncesto que hoy se sigue escribiendo (Ginobili, Danilovic), cuenta además con una Recopa, 15 ligas y ocho Copas de Italia. Bolonia contra La Laguna.
Txus Vidorreta, técnico de Iberostar Tenerife
«Para nosotros, la Basketball Champions League es muy importante. Tenemos que agradecer a FIBA y a la Basketball Champions League porque Iberostar Tenerife era un equipo pequeño hace solo dos años y cinco días. En los últimos tres años, estamos creciendo todos los días, porque estamos haciendo un gran trabajo en esta competición». – Txus Vidorreta, entrenador del Iberostar Tenerife.
«Bologna es un equipo totalmente diferente. Sabemos que los jugadores, mis asistentes han hecho un gran trabajo, tenemos todo el scouting, pero para mí, las próximas horas las pasaré viendo al equipo de Djordjevic en la televisión, porque son grandes jugadores. Ellos saben jugar de diferentes maneras, en individual, defensas en zona y con sus hombres grandes. Tenemos que pensar en un plan. Para nosotros, el plan suele ser la clave, porque los jugadores ejecutan nuestro plan a la perfección», dijo el preparador aurinegro.
Kevin Punter, Segafredo Virtus Bologna
«Estuve aquí el año pasado. Y me dije a mí mismo que ganar el año pasado era probablemente el sentimiento más grande del mundo. Y sería aún peor si lo perdiera. (Era) no solo yo, sino esos otros chicos en el vestuario lo querían tanto, los que estaban ahí tenían tanta pasión por esto. Desde el salto inicial, desde que llegamos aquí, hemos estado todos encerrados, desde el miércoles para ganar esto. Siento que tenemos esa misma pasión que antes viví».
Aleksandar Sasha Djordjevic, técnico de Virtus Bologna
«Me encanta trabajar todos los días con estos muchachos, y estoy agradecido a ellos, porque son realmente un buen grupo. Estamos con los pies en la tierra».
«Llegué a esta Final Four diciendo que tenemos que sonreír. Tenemos que disfrutar esto, para tener el entusiasmo de las personas que realmente lograron algo en el baloncesto. Esta fue una competición que fue muy dura con 40 equipos participando, y al final estar en la Final Four, eso es realmente algo importante para cada uno de nosotros. Tenemos que sentirnos especiales. Junto con la sonrisa y la alegría, y al disfrutar mutuamente, creo que pueden pasar cosas buenas».