El Cabildo de Tenerife, a través del Área de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, que dirige el consejero insular Javier Rodríguez Medina, ha comenzado estos días las obras de automatización y aumento de la capacidad de tratamiento de la planta de clasificación y selección de envases del Complejo Ambiental de Tenerife (CAT), en Arico.
Con esta actuación, cuyo plazo de ejecución está previsto que finalice a principios de marzo, se pretende automatizar la planta de envases (botellas, botes y tarrinas de plástico, latas de refrescos, briks…) ubicada en el CAT, de manera que se ejecutarán las adaptaciones necesarias para pasar de un proceso manual a uno automático, aumentando así la capacidad de tratamiento. Se pasará de este modo de 2,55 a 4 toneladas por hora (capacidad nominal de la instalación), aunque con capacidad para absorber picos de tratamiento superiores, pudiendo llegar incluso a las 5 toneladas. A esta obra se destina una inversión de más de 2,7 millones euros.
Rodríguez Medina, quien visitó esta mañana las obras, subraya que “la actual planta es manual y no tiene la capacidad técnica suficiente para tratar los residuos de envases que recibe, que están incrementándose anualmente en cifras superiores al 15%”. El consejero insular, que anima a la ciudadanía tinerfeña a seguir separando residuos en origen, resalta que “con la automatización del equipo actual se consigue de forma inmediata el aumento de la capacidad de producción y gestión de la planta, pasando de las 6.000 toneladas al año hasta alcanzar más de 15.000 toneladas al año”.
Como complemento a estas obras, en junio pasado se terminó de ampliar la playa de descarga de esta planta de selección y clasificación de residuos de envases. Los trabajos consistieron fundamentalmente en ampliar en unos 300 metros cuadrados de superficie la denominada playa de descarga (plataforma en la que se descargan los residuos de envases procedentes del contenedor amarillo -botellas, botes y tarrinas de plástico, latas de refrescos, briks…-) para su posterior procesado en la planta de envases, con lo que se ha dispuesto de una mayor zona de acopio, de forma que se permita absorber los incrementos de residuos que entran a esta instalación.
Asimismo, también está prevista en el CAT la reparación de la planta de bioestabilizado, cerrada desde 2017 debido a problemas estructurales y de corrosión, de forma que una vez puesta en funcionamiento ayudará también a reducir el vertido en celda. Esta planta de bioestabilizado somete la llamada fracción orgánica (una parte de los residuos domésticos provenientes del contenedor gris o verde) a un procedimiento de estabilización previo a su uso como enmienda para el suelo. Los trabajos supondrán un coste de 835.310 euros, en los que también está incluida la dirección facultativa y coordinación de seguridad.
Rodríguez Medida recuerda que la planta de bioestabilizado es al “lugar donde se derivan todos los residuos que tienen contenido orgánico, para que después del proceso de estabilización sea un producto que se aproveche en el sector agrícola”.