El consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Javier Parrilla, asegura que el Cabildo de Tenerife, a través de la empresa pública Balsas de Tenerife (Balten), avanza en la implementación de la primera fase del Plan de Reequilibrio Energético, con el que se pretende reducir los costes energéticos y medioambientales y limitar las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Esta primera fase, que consta de cuatro actuaciones, cuenta con un presupuesto inicial de 888.958 euros y redundará en un ahorro anual estimado de 650 kilovatios hora al año, “lo que al precio actual de la energía podría suponer un coste equivalente al de la inversión inicial en poco más de un año”, explica Javier Parrilla.
El responsable insular recuerda que, “desde el ejercicio 2020, Balten se ha volcado en la implementación de una estrategia de energía sostenible en las infraestructuras que gestiona”. En concreto, se plantean proyectos para nuevas instalaciones renovables “que puedan aportar garantía de potencia y reducir los correspondientes sobrecostes energéticos”.
La primera fase del proyecto de reequilibrio energético incluye la instalación de placas fotovoltaicas en la balsa de Valle San Lorenzo, con una inversión de 450.281 euros; en las instalaciones de la Isla Baja, en El Ravelo (267.987 euros); en la Estación de bombero de Santa Cruz de Tenerife (74.497 euros), y en el depósito de impulsión de El Tablero (96.192 euros). Las dos últimas se encuentran en el proceso de adjudicación previa, a cuya licitación acudieron un total de nueve empresas especializadas del sector de las renovables.
“Como eje principal nos marcamos como objetivo la apuesta por la descarbonización, invirtiendo en infraestructuras verdes, de manera que se transite desde las energías fósiles hacia un sistema energético limpio”, señala Ana Sánchez Espada, gerente de Balten.
La segunda fase, que se ejecutará en 2023, cuenta con un presupuesto de 495.000 euros, lo que supondrá una inversión global de casi 1,4 millones de euros. A este respecto, Parrilla recuerda que la estrategia iniciada por Balten está alineada con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) de España, que traza la hoja de ruta para la modernización de la economía española, para contribuir al proceso de reconstrucción de las economías en la era post-Covid.
Dentro de este eje de transición ecológica, el PRTR recoge, entre sus retos y objetivos, que España está en disposición de abordar la necesaria descarbonización del sistema energético e incluye, en consonancia con lo previsto en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), una visión de la especificidad insular en la transición energética y el fomento de las energías renovables en las islas.
Agua regenerada
Javier Parrilla incide en que “el agua regenerada es el presente y el futuro de estabilidad para el sector primario de la isla, pues con la tecnología podemos garantizar un agua de altísima calidad y caudales que satisfagan a los agricultores y agricultoras”.
En este sentido, el responsable insular recuerda que “el agua regenerada para la agricultura en la isla cumple con todos los estándares que marca el Ministerio de Sanidad para el agua potable de consumo, lo que contribuirá a mejorar la productividad de los cultivos, así como a favorecer la introducción de otros nuevos”.