Las obras para consolidar las ruinas de la iglesia de San Agustín se han trasladado al exterior de la estructura para asegurar la conservación de la fachada. Un andamiaje de 14 metros de altura ya ha sido instalado para facilitar las labores, consistentes en restaurar los arcos y marcos de piedra de las dos puertas principales, enfoscar las zonas donde hay mortero en mal estado y eliminar el que se encuentra en el zócalo de la construcción.

Estos trabajos dan continuidad a los llevados a cabo en el interior de la edificación, centrados en la datación del subsuelo, la retirada de la capa vegetal y la comprobación de ensayos para determinar su estado. Del análisis realizado, el equipo petrológico ha concluido que los pilares tienen la suficiente resistencia, por lo que se podrá continuar con la rehabilitación “con todas las garantías”, destacan el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, y el concejal de Obras e Infraestructuras, Josimar Hernández.

El regidor local celebra el resultado del estudio porque “confirma que, con la aplicación de resinas, conseguiremos frenar la degradación de las pilastras y podrán ser conservadas a pesar de haber perdido consistencia. Por tanto, se trata de una gran noticia que da pie a seguir con la actuación para recuperar una de las joyas patrimoniales de la ciudad que, durante décadas, ha permanecido olvidada”, resalta.

Luis Yeray Gutiérrez recuerda que, “a inicios de mandato, asumimos el compromiso de recuperar La Laguna, y esto, como ciudad Patrimonio de la Humanidad, implica la responsabilidad de proteger y poner en valor toda su riqueza patrimonial. Son muchos los pasos que hemos dado en estos tres años con este objetivo, por ejemplo, restaurando la Casa Anchieta e iniciando recientemente las obras en la ermita de San Miguel Arcángel. Esperamos que muy pronto toda la ciudadanía también pueda disfrutar del espacio que crearemos en San Agustín, un lugar histórico y emblemático que ofrece unas enormes posibilidades como recinto de esparcimiento y cultural”, agrega.

Por su parte, Josimar Hernández detalla que los trabajos en el exterior de la iglesia se realizarán “tramo a tramo porque, dependiendo de las condiciones de suelo interior y de la propia estructura, será necesario actuar de una determinada manera”.

Por lo pronto, ya se ha colocado el andamiaje de protección en uno de los laterales de la edificación que da hacia la calle San Agustín, con las pertinentes medidas de prevención para garantizar la seguridad del equipo de técnicos y operarios, así como de las personas que transiten por la vía peatonal.

“En todo momento se evitarán los falsos históricos”, por lo que las labores para la consolidación de las ruinas “respetarán en todo momento la imagen arquitectónica de la construcción”, subraya el concejal.

Trabajos

Para la rehabilitación de los muros, se llevará a cabo una limpieza físico-química de paramentos, se eliminarán sales, plantas y manchas, se retirará el mortero de cal en mal estado, se consolidarán los enfoscados y se conservará la pintura mural y las arcadas (las dovelas y piezas con inyección de resinas para frenar su deterioro).

En todos aquellos casos, en los que por razones de seguridad frente a posibles caídas de escombros sobre zonas de paso o en fachadas correspondientes a ámbitos de demoliciones manuales para independización de estructuras, se colocarán andamios de protección como el actual, a la vez que se utilizarán como plataformas de trabajo.

En la fachada de la iglesia, se restaurarán los arcos y marcos de piedra de las dos puertas principales (en la calle San Agustín y la plaza Guillermo Rancés), se enfoscarán las zonas donde hay mortero en mal estado o se haya picado por motivos de humedades y se eliminará el mortero a la tirolesa que hay en el zócalo de la construcción para recuperar el aplacado de toba volcánica que hay debajo de él.