La visita del Tordus torquatus o mirlo capiblanco cada invierno al Parque Nacional del Teide podría asegurar la pervivencia en las cumbres de Tenerife del cedro canario, Juniperus cedrus, un enebro endémico de Canarias que según estudios realizados en el Teide podía haber poblado lo que ahora conocemos como el entorno de las Cañadas.
Juiperus cedrus es un árbol que se da en alta montaña, y que según estudios realizados en el Parque Nacional del Teide pudieron cubrir las llanuras de las Cañadas hace miles de años. Su reproducción por semillas se ve condicionada a pasar por el estómago de algunos animales como el cuervo, el lagarto o este mirlo capiblanco, un ave que suele habitar por encima de los Pirineos y hasta en el norte de Europa que cada año se desplaza hasta Canarias a pasar el invierno, y cuya principal fuente de alimentación durante estos meses es la semilla del cedro.
“Los ornitólogos han identificado una docena ejemplares, anillándolos durante el periodo que pasan en la isla, para saber si son reincidentes y en muchas ocasiones hemos podido observar que algunos individuos regresan a la isla año tras año”, ha indicado José Luis Martín Esquivel, biólogo del parque, quien añade que “la presencia de esta especie es una buena noticia para los trabajos de repoblación del cedro canario, porque al alimentarse de sus semillas facilitan dispersión de las mismas y éstas pueden germinar en otros lugares, para ello incluso les instalamos bebederos debido a la sequía de los últimos inviernos”.
El mirlo capiblanco es una pequeña ave muy parecida a los mirlos comunes que habitan en las ciudades pero cuya peculiaridad es que habita en entornos de alta montaña. Su característico collar blanco lo diferencia del mirlo común. Entre noviembre y marzo suelen permanecer en el Teide, para pasar el invierno, y luego regresar a sus lugares de origen.
En cuanto a los estudios y trabajos sobre la reproducción por semillas del Cedro canario, el biólogo indica que “desde el PNT se analiza la dispersión que pueden realizar cierto tipo de aves y lagartos de las semillas de la planta, y cuál es su incidencia y despliegue en el terreno usando tecnología gps para “seguir” a ciertos individuos de cuervo (Corvus corax) y de mirlo capiblanco (Turdus torquatus) y delimitar sus movimientos. En los resultados de estos seguimientos se ha evidenciado que los cuervos tienen recorridos mayores mientras que los mirlos capiblancos se desplazan por una zona más limitada, cercana a recursos hídricos y poblaciones de cedro, cuyos frutos le sirven de alimento”.