La Dirección General de Salud Pública, adscrita a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, recuerda a la población la necesidad de tomar medidas de protección de la salud frente a la exposición de emanaciones volcánicas, como las que se están registrando en la erupción activa de la isla de La Palma.
La erupción de un volcán da lugar a la producción de lava, cenizas volcánicas, gases potencialmente tóxicos y partículas. La ceniza volcánica se compone de partículas finas de roca volcánica fragmentada y es áspera, abrasiva y puede ser corrosiva e irritante, por lo que debe evitarse su aspiración e ingestión.
Los peligros de los gases asociados a la actividad volcánica, comprenden las emisiones difusas que se producen a través del subsuelo y las emisiones a la atmósfera producidas durante la erupción. Las emisiones de gases descritas como más preocupantes en el transcurso de una erupción volcánica, son el dióxido de carbono, dióxido de azufre, haluros y sulfuros, que son potencialmente peligrosos para las personas, los animales, la agricultura y las propiedades.
Efectos asociados a la exposición de gases y ceniza
La exposición de individuos sanos a elevadas concentraciones de gases y partículas procedentes de las cenizas puede producir fundamentalmente efectos respiratorios y oculares, y sobre la piel si no está cubierta.
Las personas más vulnerables y que pueden presentar efectos más severos son aquellas con problemas de salud previo en su sistema respiratorio, o que padecen enfermedades crónicas: bronquitis, enfisema, o los que sufren asma, así como los ancianos, y los niños en general.
- Efectos respiratorios:
-Irritación de las vías respiratorias dando lugar a una mayor secreción que provoca accesos de tos y dificultad respiratoria.
-Irritación y dolor de garganta acompañado de tos seca.
-Las personas con problemas pulmonares previos pueden desarrollar síntomas severos de bronquitis que persisten unos días tras la exposición a las cenizas y gases: tos seca, secreciones, sibilancias (pitidos) o disnea (falta de aire) y sensación de tensión en el pecho.
-Los niños, mujeres gestantes, ancianos y personas que sufren asma u otros problemas pulmonares o cardiacos, son las de mayor riesgo por lo que deben evitar la exposición y el contacto con las cenizas volcánicas.
- Síntomas oculares:
-El contacto de la arenilla de las cenizas en los ojos puede producir abrasiones en la córnea y sensación de un cuerpo extraño en los ojos.
-Conjuntivitis aguda debido a la presencia de cenizas que produce ardor en los ojos y fotosensibilidad.
-Dolor ocular, escozor, secreción pegajosa o lagrimeo.
- Irritación cutánea:
-Irritación y enrojecimiento de la piel en contacto con las cenizas volcánicas especialmente si la ceniza es ácida.
-Infecciones secundarias al rascado.
Medidas de protección personal
La ceniza persiste en el aire ambiente durante unos días en función de la duración de las emisiones y de las condiciones meteorológicas. Inmediatamente después de una lluvia de cenizas se recomienda permanecer a cubierto en el interior de la vivienda, manteniendo cerradas todas las puertas y ventanas. En general mientras dure esta situación se debe evitar la permanencia en el exterior cuando no sea estrictamente necesario.
Los niños, mujeres gestantes, ancianos y personas con enfermedad pulmonar o cardiaca son las de mayor riesgo, por lo que se recomienda que permanezcan en espacios interiores el mayor tiempo posible mientras existan cenizas suspendidas en el aire ambiente y siempre siguiendo las indicaciones de las autoridades.
Las personas que deban permanecer durante un corto espacio de tiempo en una zona de exposición a las cenizas durante el proceso eruptivo del volcán, deben adoptar las medidas de protección individual: mascarilla FPP2, gafas de protección y la piel cubierta con camisa de manga larga, pantalón y gorra. No se debe utilizar lentes de contacto.
Limpieza de ropa y espacios
La ropa utilizada en el trabajo contaminada con cenizas no debe mezclarse con el resto de la ropa de la familia y no debe sacudirse para evitar la dispersión del material particulado en el interior de la vivienda.
Es importante la limpieza y retirada de las cenizas de las viviendas y calles, ya que suponen un riesgo potencial para la salud, además del daño que puede producir en bienes y servicios. La limpieza de las cenizas puede producir la resuspensión de partículas, sobre todo si son pequeñas y están secas, por tanto no debe hacerse directamente.
En el hogar se debe utilizar un paño húmedo para limpiar las superficies.
En las calles y plazas, patios o zonas de uso público, antes de retirar la ceniza debe humedecerse con agua, pero no a presión para evitar su diseminación y la formación de barro, sino mediante difusores e incluso con regaderas en patios particulares. Una vez humedecida puede barrerse y recogerse en bolsas de basura.
En ningún caso debe tirarse a los desagües, para evitar la obstrucción de la red de alcantarillado urbano.
Se recomienda apagar los sistemas de aire acondicionado con sistema de recirculación de aire exterior. Una vez que se han limpiado las superficies del interior de la vivienda, pueden utilizarse ventiladores de techo o de torre.
Agua de abastecimiento público, segura
El agua de abastecimiento público domiciliario es segura. Los técnicos inspectores de salud pública del Área de Salud de La Palma supervisan diariamente la calidad del sanitaria del agua y de las instalaciones del abastecimiento; depósitos y redes de distribución, en coordinación con los ayuntamientos y empresas abastecedoras.
Los datos relativos a la medida de la concentración de los gases y material particulado a los que está expuesta la población están siendo recogidos en aquellas zonas que se considera de mayor exposición y servirán para evaluar la calidad del aire y las medidas de prevención y protección de la salud. De todo ello se irá informando a la población.