‘Defendiendo derechos’ y ‘Más unidas que nunca’ son los lemas presiden la convocatoria de los actos organizados con motivo del Día de la Mujer en Lanzarote, dos frases que expresan muy bien el sentir actual de las mujeres frente al machismo.
Defendiendo derechos, porque, tristemente, nuestros derechos se están viendo amenazados, porque todos los días vemos cómo el machismo recurre a todo tipo de violencias para mantener sus privilegios. Y más unidas que nunca, porque sólo estando juntas, sólo actuando juntas, podremos defender nuestros derechos y alcanzar la igualdad.
Después de muchos años de lucha, a pesar de las conquistas que hemos conseguido, las mujeres debemos seguir activamente comprometidas con la causa del feminismo. No sólo para seguir avanzando hacia una sociedad más justa y más igualitaria, sino para evitar que se den pasos atrás.
El programa diseñado para el Día de la Mujer en Lanzarote nos dice que debe proseguir sin desmayo la lucha de las mujeres por la igualdad, la lucha por nuestros derechos, libertades y oportunidades. Y la manifestación unitaria de este 8M, organizada por todos los colectivos feministas de la isla, debe ser la señal más visible de nuestro compromiso.
Pero, no perdamos de vista que la causa de la mujer apela no sólo a las mujeres, sino al conjunto de la sociedad; también a los hombres. Por eso, les llamamos a que se sumen a nuestra lucha y participen en los actos del 8M. Les pedimos que se unan a nosotras porque sin justicia social para las mujeres, sin justicia social para la mitad de la población, no puede existir igualdad, y sin ella la democracia estará incompleta.
Les necesitamos a nuestro lado especialmente en estos tiempos. Les necesitamos porque soplan vientos de involución de la mano de una extrema derecha que nos amenaza a todas y a todos, que tiene miedo de la emancipación de la mujer y es frontalmente antifeminista.
La violencia sexual, la violencia económica, la violencia psíquica y la violencia simbólica, es decir, el machismo más rancio, ha encontrado acomodo en la ultraderecha. El machismo más rancio es la ultraderecha misma. Frente a su negación, tenemos que defender la agenda feminista y los derechos y libertades alcanzados.
Pero, al mismo tiempo, tenemos que seguir abriendo nuevos caminos en la lucha contra la violencia de género. Como la violencia vicaria, la que se ejerce contra los hijos e hijas para dañar a las madres. Como la abolición de la prostitución, para poner fin a que los cuerpos de las mujeres y niñas sean objetos de consumo. Como la discriminación laboral que sufrimos las mujeres a pesar de tener mejores resultados educativos. Como hacernos caer en la trampa de naturalizar los cuidados como una ocupación femenina.
En los tiempos que corren no basta con ser mujeres comprometidas. Estos tiempos reclaman, además, mujeres empoderadas para conquistar la igualdad de género, plantando cara al uso y al abuso machista del poder. Estos tiempos reclaman militantes feministas.