El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, mantuvo en la mañana de este viernes una reunión, con carácter de urgencia y a petición del sector del ocio nocturno, ante la aplicación de las nuevas normas sanitarias decretadas por el Gobierno de Canarias en su lucha frente a la crisis sanitaria originada por la COVID-19.
Los empresarios trasladaron su preocupación al alcalde, que estuvo acompañado por la concejala de Promoción Económica, Evelyn Alonso, y por el responsable de Fiestas y Actividades Recreativas, Alfonso Cabello, en un sector que mueve más de 5.000 puestos de trabajo en el municipio, y que ahora mismo corren peligro debido a la posibilidad de cierre de muchos negocios.
La reunión se ha celebrado en el día en que el Gobierno y las comunidades autónomas han acordado, por unanimidad, el cierre de discotecas, bares de copas y salas de baile en todo el territorio nacional para tratar de atajar el incremento de los casos de coronavirus. Lo han hecho en la reunión extraordinaria del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en el que se ha dado el visto bueno a la aplicación, por primera vez desde el fin del estado de alarma, de otras diez actuaciones coordinadas.
El alcalde se mostró preocupado ante unas medidas “que son comprensibles en estos momentos, en donde hay que ser restrictivos con los que no las cumplen, pero hay que buscar un equilibrio para intentar ayudar a los más de 5.000 trabajadores que mantiene este sector”. Y añadió que “estas medidas para muchos locales hacen inviable su supervivencia, por lo que hemos acordado hacer un seguimiento para poder ayudarlos en la parte que nos compete”.
Por su parte, Evelyn Alonso le trasladó a los empresarios la disposición absoluta de su área “a través de campañas de visibilización e información que promuevan un ocio responsable y que sirvan como herramienta para evitar el cierre de más locales de ocio nocturno”.
Por último, ambas partes han quedado en estar en contacto las próximas semanas ante la gravedad de la situación, no sólo desde el punto de vista sanitario, sino por las consecuencias económicas que pueden acarrear a un sector económico esencial en el municipio.