Alergólogos del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (HUC), adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, han descrito el impacto en la huella de carbono de las nuevas pautas abreviadas de administración de vacunas alergénicas en su fase de inicio (administración hospitalaria), en comparación con las pautas clásicas, pasando de una media de doce visitas semanales a sólo dos visitas. Este estudio se ha realizado con pacientes de la Unidad de Inmunoterapia del servicio de Alergología del HUC, acreditado como Unidad de Excelencia por la Sociedad Española de Alergia e Inmunología clínica (SEAIC).

Las enfermedades alérgicas como la rinitis, el asma o la dermatitis atópica constituyen alteraciones inflamatorias respiratorias y/o cutáneas por diferentes interacciones entre la predisposición genética, una respuesta inmune inadecuada del paciente atópico. El cambio climático repercute en el tipo de ambiente que nos rodea y modifica algunos factores a los que estamos expuestos, condicionando no sólo el tipo de alergia que podemos desarrollar (alérgenos más agresivos) sino también el grado de exposición.

Estudio

Participaron un total de 145 pacientes con rinitis alérgica, de los cuales casi un 40% además presentaban asma alérgico, siendo en su mayoría vacunas para alérgenos de ácaros, la primera causa de alergia en Canarias. Se analizó a los pacientes que iniciaron la vacuna alergénica entre noviembre de 2021 y enero de 2022. Todos los pacientes habían sido estudiados previamente realizándose pruebas de punción cutánea (test de prick) con extractos estandarizados de alérgenos (ácaros, pólenes, epitelios y mohos) presentes en nuestro entorno geográfico local y complementadas con herramientas in vitro de diagnóstico alergológico para la detección y cuantificación de anticuerpos alérgicos (IgE) específicos de cada alérgeno.

Para la Dra. Inmaculada Sánchez, jefa del servicio de Alergología del centro hospitalario, “el uso de estas pautas abreviadas en vacunas de alérgenos ha mejorado la calidad de vida y el cumplimiento de nuestros pacientes, al facilitar el acceso y disminuir el número de ausencias escolares o laborales.”

Según la Dra. Paloma Pozas, alergóloga de esta Unidad, “se demostró como la reducción del número de visitas hospitalarias al disminuir el número de traslados usando diferentes medios de transporte, lograba reducir la emisión de CO2 y por tanto la huella de carbono, sin repercusión en la buena tolerancia de la vacuna al no producir cambios en el número de reacciones adversas posibles.” Posteriormente estos pacientes continuarían la administración de la vacuna en su centro de salud de forma mensual.

Los primeros resultados se comunicaron en el Congreso Nacional de Alergia de SEAIC celebrado en Palma de Mallorca en octubre de 2022, y recientemente se ha publicado en la revista Clinical and Translational Allergy.

Conclusión

En el área sanitaria se pueden establecer estrategias que mejoren la asistencia y contribuyan a disminuir el impacto de diferentes actividades en la emisión de CO2, contribuyendo por tanto a mejorar la huella de carbono y reduciendo el deterioro del medio ambiente.

Para el Dr. Ruperto González, investigador principal del equipo responsable del trabajo, “debemos avanzar no sólo en el desarrollo de nuevas herramientas diagnósticas o terapéuticas, sino controlar el impacto medioambiental para favorecer la calidad de vida.”

El trabajo ha sido financiado por la Fundación Canaria Instituto de Investigación Sanitaria de Canarias (FIISC), y publicado bajo la modalidad de Open Access (con acceso libre) en el siguiente enlace.

El cambio climático es uno de los temas de más actualidad no sólo en las áreas de Industria o Medio Ambiente, sino también en Sanidad por su impacto en la salud y calidad de vida. Existen muchos estudios que intentan medir cómo está afectando el deterioro de la calidad del aire, la exposición a contaminación, o variaciones en los alimentos, ya sea por modificaciones en la producción o manufacturación. Desde estancias gubernamentales mundiales se insta a buscar medidas que mejoren este deterioro reduciendo la huella de carbono de forma global. Se ha estimado que aproximadamente el 5% de estas emisiones están relacionadas con el sector sanitario, por lo que en esta área debemos contribuir a mejorar el nivel de emisiones de CO2.