El Cabildo de Tenerife, a través del Área de Agricultura, Ganadería y Pesca, que dirige el consejero insular Javier Parrilla, ha vaciado el embalse de El Saltadero (Granadilla de Abona) para reparar una fisura que fue detectada en el fondo de la instalación.
La infraestructura, gestionada por Balsas de Tenerife (Balten), es una de las primeras instalaciones de este tipo construida en la isla, en 1975, y cuenta con una capacidad de almacenamiento de 464.000 metros cúbicos de agua para riego, con 22 metros de lámina de agua, siendo la de mayor altura de las gestionadas por Balten.
Parrilla informa de que las obras que se ejecutan en el embalse de El Saltadero, el más importante de agua regenerada y de la que también se nutren los de San Isidro (Granadilla de Abona) y Valle de San Lorenzo (Arona), persiguen solucionar los problemas de fisuras hallados en la instalación, y que una vez concluidos los trabajos este mes se podrá garantizar los picos de consumo hídrico agrario durante el verano.
La actuación, que supone una inversión de 35.000 euros, consiste en la eliminación de los puntos donde hay pérdidas de agua; la sustitución del anclaje de la geomembrana en la zona de acceso peatonal a la balsa, retirando la pletina metálica, que había sufrido procesos de corrosión; el saneo del hormigón con mortero estructural y la colocación de una pletina de aluminio (más adecuada para evitar el deterioro); la reparación de la zona de entrada del agua, con la demolición del macizo de hormigón, y la sustitución de un tubo de entrada; la colocación de un nuevo geotextil y geomembrana en las zonas afectadas; y la revisión de la pletina de anclaje de la totalidad del fondo de la balsa, repasando el estado de la tornillería y su sustitución, en caso de ser necesario.
A principios de este año, los drenes (mecanismos que sirven para detectar fugas de agua) de la balsa estaban evacuando valores anormalmente altos que podían asociarse a que el nivel era de casi lleno, pero la continuidad en el tiempo hizo sospechar que podía deberse a alguna fisura en la lámina de impermeabilización, aspecto que se confirmó con un dron subacuático.
Se dio la orden de vaciar la balsa, bombeando el agua al embalse de Valle San Lorenzo para no perder el recurso hídrico almacenado. Cuando el embalse tenía 10 metros de agua se realizó una campaña de inspección con buzos que localizaron la zona de fuga.
Desde Balten se informa que los valores de conservación de la lámina de impermeabilización demostraron que la pantalla se encuentra en buen estado y dispone de una vida útil suficiente para continuar con el servicio de la balsa. No obstante, las fisuras puntuales detectadas han requerido de trabajos de reparación, que comenzaron el pasado 23 de marzo. Las obras están siendo ejecutadas parcialmente con medios propios de Balten, tanto de personal como de maquinaria, y su finalización se estima que sea a lo largo de este mes.
La actual situación de estado de alarma ha dificultado y ralentizado la adquisición de algunos materiales. Sin embargo, se ha continuado trabajando para no demorar los plazos de finalización previstos.
Las tareas de reparación son complejas y ha sido necesario personal especializado y material adecuado para trabajar en el interior del embalse. Una vez finalizados los trabajos se volverá a llenar con agua regenerada.
“Esta actuación se produce porque estamos continuamente revisando el estado de las balsas y procediendo a la mejora de las que requieren reparaciones dentro del plan que tenemos para el mantenimiento de embalses, infraestructuras básicas en nuestro sistema hídrico”, recuerda Parrilla.