El Cabildo, a través de Turismo de Tenerife, trabajará con la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (Segittur), dependiente de la Secretaría de Estado de Turismo, con el objetivo de establecer las líneas estratégicas para el desarrollo de la isla como destino inteligente. Ello incluirá, además, la elaboración de un protocolo de actuación en el contexto del COVID-19, que será de utilidad para el destino durante el proceso de reapertura, tras el primer “cero turístico” de su historia. El presidente de Segittur, Enrique Martínez, nos habla en esta entrevista de cómo será el proceso que acaba de iniciar la isla para convertirse en DTI.
¿Qué significa para un destino ser DTI (Destino Turístico Inteligente? O de otro modo: ¿Se puede aspirar a ser un destino líder a medio plazo sin ser un destino turístico inteligente?
El concepto de Destino Turístico Inteligente se sustenta en un amplio conjunto de indicadores, que garantizan una indagación y una gestión de las políticas turísticas sostenida sobre bases contrastadas. La primera ventaja, por tanto, es la del método. La segunda es la del trabajo en común, la posibilidad de compartir y compararse con otros destinos sobre bases homogéneas.
Respecto a su segunda pregunta, hace mucho tiempo que las métricas del turismo están evolucionando, los premios concedidos por la Unión Europea o la OMT son cada vez más complejos, van mucho más allá del número de turistas o el gasto. No sé si ser DTI garantiza el liderazgo, lo que sin ninguna duda permite es estar en las corrientes de pensamiento que proyectan una mirada compleja sobre el turismo.
La metodología desarrollada por Segittur en España ha sido reconocida por multitud de organismos internacionales (OMT, BID, OCDE, Comisión Europea, WTTC) como una iniciativa de referencia que permite realizar análisis de los destinos, formular planes de acción para mejorar las políticas turísticas y trabajar con otros destinos en la Red de Destinos Turísticos Inteligentes.
Se trata de un modelo contrastado de intervención pública ya desplegado en los territorios, dirigido a todas aquellas entidades locales con responsabilidades turísticas que está aplicándose en más de 40 destinos. La metodología ordena los indicadores en cinco ejes: gobernanza, innovación, tecnología, sostenibilidad y accesibilidad. Todo ello con el objetivo de impulsar un nuevo modelo de mejora de la competitividad y desarrollo turístico, cuyos pilares son la gobernanza y la corresponsabilidad turística.
Estamos convencidos de que este nuevo modelo de desarrollo turístico constituye una palanca para mejorar la gestión del destino, posibilitando una visión global y ordenada. Son bases sólidas para construir un mejor liderazgo.
¿Qué significa para Tenerife iniciar este proceso? ¿Qué va a aportar Segittur a la Isla como destino?
La apuesta de Tenerife para que la isla se convierta en un destino turístico inteligente va a suponer una revalorización del destino, ya que, contribuirá a mejorar la eficiencia en los procesos, trabajará en una estrategia turística que dinamice toda la economía del territorio, contribuirá a mejorarla estancia de los visitantes y la convivencia con los residentes.
Desde SEGITTUR haremos un informe diagnóstico, a partir de la información recopilada y las entrevistas que tengamos con todos los agentes vinculados al destino. Tras analizar el grado de cumplimiento de los requisitos definiremos un plan de acción.
El diagnóstico realizado y el plan de acción propuesto, además de proporcionar orientaciones y recomendaciones de carácter estratégico en el medio y largo plazo, permitirá responder también a aquellos retos más urgentes e inmediatos a los que se enfrenta Tenerife con medidas muy concretas en ámbitos como puedan serlo: el apoyo al tejido productivo turístico local, fundamentalmente Pymes, micropymes y autónomos en ámbitos como el comercio, el transporte, el alojamiento o las agencias de viaje, contribuyendo a reforzar las rentas de los residentes; orientaciones en materia de políticas activas de empleo en el sector turístico y de pequeño comercio en zonas de alta intensidad turística; el diseño y puesta en marcha de planes de acción de formación que permitan reforzar las capacidades de los trabajadores afectados por la crisis; el diseño o adopción de protocolos de actuación en el contexto del COVID-19 para los diferentes subsectores turísticos de la isla que contribuyan a reforzar las medidas de higiene entre los operadores turísticos locales; acciones encaminadas a la recuperación de la confianza entre la población local y en los principales mercados emisores a partir de la implantación de un nuevo modelo semántico de gestión de la información y los datos relacionados con el COVID-19; la puesta en marcha de acciones de comunicación y promoción de refuerzo de los vínculos con el turista en un escenario de post COVID-19 en función de diferentes escenarios; etc.
Esta evaluación ofrece un marco de referencia al destino en el corto, medio y largo plazo, y le da oportunidad de obtener información de utilidad para adoptar decisiones estratégicas y afinar en sus políticas, y de este modo acelerar la recuperación.
¿Qué experiencia extrae de otros destinos singulares en la Isla, como pueden ser Arona, Adeje o Puerto de la Cruz, como Destinos Turísticos Inteligentes?
La experiencia adquirida durante los procesos de diagnóstico y planificación de los destinos de Arona y Puerto de la Cruz puso de manifiesto la necesidad de contar con una estrategia territorial, en este caso insular, de destino turístico inteligente, en un espacio en el que gran parte de las competencias de desarrollo turístico recaen sobre el Cabildo Insular.
Una estrategia de Destino Turístico Inteligente para el conjunto de la Isla de Tenerife permitirá definir líneas de actuación conjuntas que beneficiará al conjunto de destinos singulares de la isla.
El trabajo que vamos a desarrollar establecerá una capa de definición estratégica, buscando sinergias con otras áreas de especial relevancia del cabildo, en la que podrán imbricarse los distintos planes de destino inteligente locales, para un mejor aprovechamiento de recursos.
Uno de los ámbitos en los que las sinergias entre el trabajo realizado a nivel de destino singular y el que se quiere desarrollar para el conjunto de los datos esta relacionado con los nuevos procesos de monitorización e impactos que se pongan en marcha sobre la base de herramientas y plataformas tecnológicas comunes de recopilación y análisis de la información en cuestiones como el empleo y calidad del mismo, la facturación y rentabilidad de las pymes locales, el beneficio económico sobre el territorio de la actividad turística, los impactos directos e indirectos del turismo, el desarrollo local, la captación de inversión, los recursos públicos comprometidos y nivel de ejecución de los mismos, los consumos de diferente naturaleza (agua, electricidad), etc.
No podemos abstraernos de la situación actual de crisis por CIOVID-19, ¿cómo cree que se recuperarán los destinos turísticos? ¿El hecho de ser DTI les dota de mejores herramientas para su relanzamiento una vez se supere esta situación?
Estamos ante una circunstancia nunca vista, por lo que hacer pronósticos no es fácil. El turismo ha sido uno de los sectores más afectados por el COVID-19 y llevará un tiempo recuperarse, pero volveremos a viajar.
Sin duda, ser un DTI supone una ventaja competitiva, ya que se trabaja en muchos aspectos que son percibidos por el turista como algo positivo. La metodología exige a los destinos contar con herramientas de gestión de crisis, sistemas de monitorización, protocolos de sanidad, comités de seguridad, tecnologías de gestión del conocimiento o refuerzo de las estructuras de cooperación público-privada, que son, entre otros, elementos que ahora más que nunca han de reforzarse.
Ante la situación actual, en SEGITTUR estamos revisando la metodología DTI para dar respuesta a los retos que presenta esta crisis sanitaria e incorporar nuevas recomendaciones. El equipo está volcado en reforzar la metodología y apoyar a los destinos que apuestan por este modelo para contribuir a la reactivación turística y que el modelo de Destino Turístico Inteligente sea una herramienta útil en esta tarea.
¿Cuál es el plazo estimado de tiempo en el que el trabajo con Tenerife esté concluido? ¿Qué tipo de destino tendremos a partir de ese momento?
El plazo normal suele ser de 3 a 5 meses para elaborar el diagnóstico. Sin embargo, en este momento estamos condicionados por las circunstancias. No obstante, trabajaremos en el análisis documental para tener una gran parte del proyecto cubierto en los próximos meses.
En cuanto al destino resultante, hemos de ser cautos. La metodología DTI ofrece una herramienta de mejora continua, y destaco esta última parte, continua. Es decir, el modelo ofrece un marco de trabajo que conduce a la “visión” de destino turístico inteligente, definida sobre los cinco ejes y sus requisitos.
Alcanzar esta visión, que es el modelo deseable, será el resultado de un esfuerzo continuado del destino por ejecutar el plan de acción que resulte del diagnóstico y de un compromiso del conjunto de áreas implicadas en este proceso. Lo que es indudable es que el destino contará con una hoja de ruta que le ayudará a recorrer este camino. Además, Turismo de Tenerife contará con el apoyo de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes y del equipo que le da soporte para alcanzar ese objetivo.
La implicación de los agentes del sector turístico, no solo públicos, también privados, entiendo que debe ser clave para el éxito de un DTI, ¿es así?
Por supuesto, la colaboración público-privada es una de las claves del éxito de este modelo de destinos turísticos inteligentes. En la gestión de un destino son muchos los agentes que intervienen, pero muchas veces no son conscientes de ello. Con esta metodología analizamos no solo el trabajo que se lleva a cabo desde la parte pública, sino también hablamos con todos los colectivos vinculados directa e indirectamente con el sector. Eso nos permite tener una visión de 360º, lo que ayuda a una gestión mucho más eficiente.