La ‘Ruta del Agua’ cumple cinco años de trayectoria

La iniciativa, llevada a cabo por el Grupo Municipal de Folclore de Adeje, reconoce y pone en valor la simbología e historia de una sociedad vinculada y dependiente de este recurso imprescindible para la vida

Durante la mañana de este domingo, 24 de marzo, el Grupo Municipal de Folclore de Adeje llevó a cabo la quinta edición de la “Ruta del Agua”, iniciativa que se ha afianzado en el calendario de actividades municipales y además reconoce y pone en valor la simbología e historia de una sociedad vinculada y dependiente de este recurso tan importante para la vida.

La ruta, que cada año gana más público, fue narrada en español y en inglés. A lo largo de la representación las personas integrantes del grupo aparecieron ataviadas con vestimenta de la época y mostraron los diferentes oficios vinculados a la recogida del agua, así como las rutinas de vida en torno a la recogida de la misma.   

Ermitas Moreira García, responsable del área de Turismo del ayuntamiento de Adeje  ha detallado que “las riquezas patrimoniales y etnográficas adejeras  son muy importantes ya que nos recuerdan nuestra historia como pueblo, por ello, rescatarlas a través de iniciativas como la Ruta del Agua, que ya tiene cinco años de andadura, supone un añadido más tanto a la oferta turística como a la residencial porque vincula, a través de la cultura, nuestra esencia con el presente”.

La ruta inició a las once de la mañana y partió desde la entrada del Barranco del infierno. El recorrido fue realizando varias paradas donde se detallaron, a modo de representación, las diferentes tareas vinculadas al campo y el aprovechamiento que se hacía del agua, desde su recolecta, envasado, traslado, almacenamiento y uso doméstico. 

El recorrido discurrió por   varias zonas del casco, entre ellas: el Molino de Arriba, la Fuente de los Tres Chorros; el Molino Viejo las huertas; los Abrevaderos; la Casa Fuerte, donde se apreció una escena en la que se mostrará la vida de los marqueses de Adeje; la Iglesia de Santa Úrsula; el Convento de San Francisco; la Calle Grande; la Calle Sindical; el Chorro y finalizó en la plaza de la Cruz del Llano. 

A lo largo de todo el recorrido, las personas participantes pudieron ahondar en detalles de la época, así como apreciar, en primera línea, una escenificación diseñada especialmente para este día en la que se incluyeron las labores del ordeño de leche de cabra, la labranza de la tierra, el tueste del millo, la forma de comercio antigua (puerta a puerta) y alguna que otra parranda.

Con esta ruta, manifestó la concejala Moreira, «ponemos en valor los elementos históricos, que nos hacen únicos como pueblo y que además suponen un atractivo turístico. Por ello, la ruta del agua se ha convertido en una muy buena alternativa para recordar la importancia que tiene este recurso natural en la actualidad partiendo de su uso histórico».

Breves reseñas históricas

A mediados del siglo XIX Pascual Madoz , político liberal,  miembro importante del partido progresista y autor del “Diccionario Geográfico Estadístico de España y sus posesiones de Ultramar” describía así Adeje:  “el terreno presenta un aspecto triste y monótono en la parte ocupada por los cerros que limitan el Valle; en lo demás es delicioso, y comprende las tierras más pingües que por todo este lado de la isla se hallan; las aguas suficientes para el riego, la rambla llamada del infierno, la cual desciende desde lo más elevado de las montañas por el canal que en su fondo forma el Barranco del Agua”.

Tras la conquista, en el sur y particularmente en Adeje, el agua jugó un papel imprescindible, ya que los recursos hídricos procedentes del Barranco del Infierno -Río de Adeje-, corrían por su cauce hasta desembocar en el mar.  Por lo tanto, Adeje ha sido siempre un lugar privilegiado tanto en siglos anteriores como en la actualidad. En este municipio tienen origen el mayor número de número de nacientes del área meridional de la Isla: dos en lo alto del barranco de Erques, tres en El Aserradero, dos en el Barranco del Infierno, uno en la cabecera del barranco del Agua, otro al pie del Roque de los Brezos y, por último, el que estaba situado junto al Roque de Imoque. 

El municipio también fue lugar de asentamiento de un importante grupo de población guanche liderado por el Gran Tinerfe, personaje histórico cuya estatua se erige en la entrada principal del pueblo de Adeje.