‘Los Realejos Birding’ se estrena como estrategia de turismo ornitológico en el Delta Birding Festival de Cataluña

Este año se ha editado una guía específica con un centenar de referencias de aves visibles en el municipio y se han habilitado puntos de avistamiento

La concejala de Turismo de Los Realejos, Carolina Toste, se encuentra desde el viernes 20 de septiembre en la provincia catalana de Tarragona junto a un equipo técnico del área con el fin de promocionar al municipio por vez primera en la feria internacional Delta Birding Festival, que finaliza este domingo, con la estrategia de turismo ornitológico de la localidad.

Carolina Toste destaca que «esta cita en pleno Delta del Ebro se trata de un punto de encuentro anual para los amantes de las aves y la observación en la naturaleza que se erige como el más importante de cuantos se celebran en todo el Mediterráneo, lo que supone una oportunidad única para comenzar a situar la marca ‘Los Realejos Birding’ en este tipo de foros internacionales como un destino único».

Recuerda el alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez, que «a principios de año se presentaba la primera guía de turismo ornitológico del municipio con cerca de un centenar de referencias de aves, algunas de ellas endémicas y otras migratorias que a su paso por la isla han sido divisadas en la geografía realejera, además se han ido habilitando progresivamente distintos puntos de avistamiento con paneles informativos en varios idiomas y se sigue trabajando en la puesta en marcha de un observatorio con mejores prestaciones para los amantes de esta práctica».

«En estos últimos años hemos entendido que las potencialidades turísticas de Los Realejos son múltiples y variadas, y tras diversos proyectos en lo deportivo, gastronómico, patrimonial, entre otras modalidades de turismo, teníamos la asignatura pendiente de ir canalizando una estrategia definida en materia ornitológica, dadas las especiales particularidades que se dan en nuestro municipio por su orografía, clima y entorno natural», argumenta Manuel Domínguez.

El municipio de Los Realejos es uno de los más privilegiados de la Isla en cuanto a su riqueza natural, que se pone de manifiesto en el hecho de que casi el 50% de su suelo está protegido por leyes ambientales a nivel nacional, regional (Ley de Espacios Naturales de Canarias), europeo (Zona de Especial Protección para las Aves) e internacional (Patrimonio Mundial de la Humanidad). Este hábitat tan particular y su posición geográfica propician el paso de cientos de especies migratorias visibles desde Los Realejos.

«El creciente interés de científicos y profesionales y aficionados de lo audiovisual en torno a las aves que han destacado las bondades de Los Realejos para su avistamiento refuerza esta nueva línea de trabajo promocional impulsada por la Concejalía de Turismo», insiste Carolina Toste.

En cuanto a la citada guía promocional, incorpora breves fichas técnicas de cada especie que indican datos como longitud y envergadura, su nombre científico y su denominación en español, inglés, francés y alemán, facilitando así su identificación para turistas de diversas procedencias. La mayor parte de las imágenes son obra del fotógrafo Isidro Felipe Acosta, teniendo también instantáneas de José Manuel Siverio, José Juan Hernández, Francisco Cruz Alvarado, Josep M. Torras Payerol y Pedro Felipe Acosta.

En la guía se recoge un mapa identificativo del municipio y se citan también con una descripción hasta ocho puntos de avistamiento y la localización del futuro observatorio de aves con sus correspondientes coordenadas para que puedan ser identificados y accesibles por los amantes de la naturaleza. Se recoge en cada apartado las especies con mayor probabilidad de ser vistas desde cada uno de estos lugares.

La preferencia por la zona de El Riego para la ubicación del observatorio se fundamenta en que se trata de un espacio privilegiado para la observación de especies como las palomas turqué y rabiche, el gavilán, el ratonero común y el halcón tagarote, entre otros. Pero en definitiva, la gran variedad de todos espacios protegidos realejeros y la riqueza faunística que estos albergan, han hecho posible que comience a prodigar el turismo ornitológico, una modalidad del turismo de naturaleza que cada vez cuenta con más seguidores en el mundo.

Es por ello que cada día es más frecuente la presencia de aficionados o profesionales en zonas como la balsa de La Cruz Santa, espacio que en periodos migratorios puede deparar gratas sorpresas en forma de “rarezas”. Situada entre los núcleos urbanos de La Zamora y La Cruz Santa es una de las mayores balsas de regadío de la isla de Tenerife. La presencia de cultivos a su alrededor ha hecho posible que este enclave se haya convertido en las dos últimas décadas en uno de los puntos preferidos de la Isla para gran número de aves migratorias. En ella se ha constatado la presencia de una treintena de especies migratorias entre las que destaca la gaviota de delaware, considerada como rareza en el territorio nacional hasta hace una década, además del porrón acollarado, focha común, ánade rabudo, zampullín cuellinegro, garcilla bueyera, cigüeña blanca, entre otras.

Otros dos puntos de atención para practicar la observación de aves son los miradores de El Lance y de La Grimona, dos de los rincones más accesibles de nuestra isla para la observación de una de las más destacadas especies endémicas, la paloma rabiche. Asimismo, visitando las Ladera de Tigaiga y nuestros pinares se pueden ver otras dos joyas de la naturaleza canaria, la paloma turqué y el pinzón azul.

Observar aves es una experiencia muy enriquecedora. En Los Realejos podemos encontrar una gran riqueza faunística con especies únicas en el mundo. Pero para la supervivencia de estas especies debemos tener en cuenta que la gran mayoría de ellas viven en ecosistemas muy frágiles y que la alteración de éstos pueden influir negativamente. Por eso, el bienestar de las aves y sus hábitats es y debe ser lo primero que tengamos en cuenta antes de esta práctica.