Agentes de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife interceptaron, el pasado lunes, un vehículo que transportaba más de 11.500 kilogramos de productos, en este caso quesos u otros alimentos preparados, sin utilizar sistema de refrigeración alguno. Además, se comprobó que dicha mercancía debía ser transportada con temperaturas que podían oscilar entre los 2 y los 4 grados centígrados. El transportista reconoció que no funcionaba el equipo de refrigeración adecuadamente. Toda esa mercancía iba a ser transportada, por vía marítima, a las islas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote.

Curiosamente, este servicio policial se realizó mientras varios agentes desarrollaban las prácticas de un curso de transportes avanzado que estos días ha venido impartiendo la Academia Local de Seguridad capitalina. La mercancía procedía de una empresa radicada en el municipio de La Laguna y al tratarse de productos perecederos, deben cumplir unas normas sanitarias para su transporte; de hecho, se comprobó que tenían que estar conservados en una horquilla de temperaturas mínimas.

Tras recabar los datos pertinentes se determinó remitir los oportunos informes al respecto al área de Sanidad Municipal, al Cabildo de Tenerife debido a su competencia en el transporte de mercancías y a la dirección general de Salud Pública del Gobierno de Canarias. Ante el volumen de la mercancía se determinó su regreso al punto de origen tras cotejar las referencias y documentación de la misma.

75 kilos de pescado sin refrigerar

También, a primeros del presente mes de noviembre, los agentes de la Policía Local detectaron otro transporte, presuntamente irregular, de unos 75 kilos de pescado que viajaban en un vehículo sin ningún tipo de refrigeración o mantenimiento. Además, los responsables de la mercancía no pudieron aportar documentación ni la trazabilidad de estos productos. Por todo ello, la Policía Local tramitó la oportuna acta de infracción y remitió sendos informes a las administraciones competentes en la materia.

El vehículo disponía de equipo de refrigeración, pero no estaba activado, y de hecho en la intervención de los agentes se constató que la mercancía estaba a temperatura ambiente. En concreto se trataba de 30 kilos de rabil, 10 kilos de viejas, 25 kilos de medregal y también diversas cantidades de atún y bicuda. El único dato que pudo aportar el transportista era que la mercancía procedía de playa San Juan y su destino era La Laguna.