La alcaldesa de la Villa de San Juan de la Rambla, Fidela Velázquez, recibió ayer en el Consistorio a Isabel García Hernández, consejera insular del área de Gestión del Medio Natural y Seguridad, que acompañada de técnicos del área, acudió al municipio tras la petición de la Regidora para llegar a un consenso que permita desatascar la situación del Camino de La Fajana, sendero de alto valor paisajístico que une al municipio con Icod el Alto cruzando el Barranco de Ruiz y que lleva cerrando al paso casi una década tras unos desprendimientos.
Durante el encuentro, en el que también estuvieron presentes el grupo de gobierno, técnicos municipales y representantes vecinales de Los Realejos, la Alcaldesa y el edil de Medio Ambiente Juan Siverio manifestaron al Gobierno Insular el deseo del Consistorio de que se descarte la idea del cierre definitivo y se retomen los trabajos de seguridad y adecuación para recuperar el tránsito, pues el “cierre sería una pérdida incalculable para ambos municipios, ya no sólo por la afección directa al turismo alternativo usuario del sendero, sino también al propio patrimonio local. El sendero es, posiblemente, el más rico de toda la Isla en cuanto a valores geológicos, faunísticos y paisajísticos. Es de los pocos, si no el único, que puede presumir de ser un espacio de Interés Científico reconocido por la Unión Europea como Lugar de importancia Comunitaria que cuenta con la virtud, entre otras, de albergar un madroño milenario recogido dentro del Catálogo de Árboles Históricos de Canarias y de ser punto destacado en la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos de Campeches, Tigaiga y Ruiz, Barranco Ruiz y de la Red Natura 2000 ”.
“San Juan de la Rambla no está dispuesta a renunciar a La Fajana, por eso le hemos trasladado al Cabildo el ofrecimiento de colaboración para revertir el estado actual”, continúa la Alcaldesa. “Somos conscientes de que la pérdida es un atentado directo tanto a la historia local como a la de la Isla. Hay que recordar que ya desde la época aborigen era usado por los habitantes del barranco, siendo a lo largo de los siglos una vía primaria de comunicación entre los dos municipios. Su recorrido es un museo vivo de historia, botánica y fauna endémica, valorado tanto por el que lo visita como manera de ocio como por el que acude a él para estudiar sus recursos”.
“Apelamos a la buena voluntad del Cabildo Insular y de su Consejera, cuya alta sensibilidad hacia el entorno es un valor añadido, para que, atendiendo a nuestra petición y sugerencias de actuación, el sendero pueda estar disponible en el menor tiempo posible”, concluye Velázquez.