La vulnerabilidad a las altas temperaturas incluye factores de riesgo personales, como ser mayor de 65 años, lactantes, gestantes, personas con enfermedades crónicas, entre otros. También existen factores ambientales, locales y laborales que pueden influir en la susceptibilidad al calor. Para protegerse durante períodos de calor intenso, se recomienda adoptar las siguientes medidas:
- Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que se necesite. Es importante reducir la exposición directa al sol y buscar formas de mantenerse fresco, como el uso de ventiladores o el aire acondicionado.
- Reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas centrales del día, cuando la temperatura es más alta. Si es necesario realizar alguna actividad física, es recomendable hacerlo durante las primeras horas de la mañana o en la noche, cuando el clima es más fresco.
- Beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice. Mantenerse hidratado es fundamental para prevenir la deshidratación y los golpes de calor. Se recomienda evitar el consumo de bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la pérdida de líquidos.
- Prestar especial atención a las personas más vulnerables, como los bebés, los niños, las mujeres embarazadas o lactantes, así como las personas mayores o con enfermedades crónicas que puedan verse afectadas por el calor. Estos grupos pueden tener más dificultades para regular su temperatura corporal, por lo que es importante tomar medidas adicionales para proteger su salud.
- Utilizar ropa ligera, holgada y que permita la transpiración. Optar por materiales naturales como el algodón, ya que ayudan a absorber el sudor y mantener una sensación de frescura. Además, es recomendable llevar puesto un sombrero o gorra y utilizar protector solar para proteger la piel de los rayos solares.
- No dejar a ninguna persona, especialmente a niños o adultos mayores, en un vehículo estacionado y cerrado. Las temperaturas dentro de un automóvil pueden alcanzar niveles extremadamente peligrosos en poco tiempo, incluso con las ventanas abiertas. Es importante recordar que el golpe de calor puede ser fatal.
- Mantener las medicinas en un lugar fresco, ya que el calor puede alterar su composición y efectividad. Consultar con un profesional de la salud cualquier duda relacionada con el uso de medicamentos durante períodos de calor intenso.
- Ingerir comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor. Optar por alimentos frescos como ensaladas, frutas, verduras y zumos, que son ricos en nutrientes y ayudan a mantener un equilibrio adecuado en el cuerpo.
- Vigilar los síntomas de agotamiento por calor o golpe de calor, que pueden incluir debilidad, mareos, náuseas, vómitos, calambres musculares, confusión y pérdida de conciencia. Ante cualquier síntoma prolongado o que empeore, es importante buscar atención médica de inmediato.
Recuerda que cada persona es única y puede tener necesidades específicas, por lo que es importante adaptar estas recomendaciones a tu situación personal. No dudes en consultar a un profesional de la salud para obtener más información o consejos personalizados sobre cómo protegerte del calor intenso.