El PP rosariero denuncia que es urgente el acabar de una vez por todas con las iniciativas provisionales e inconclusas que desde el Ayuntamiento se han venido llevando a cabo durante muchos años cada vez que se observa una debilidad en los muros que delimitan las principales vías urbanas de Radazul Bajo, concretamente en lo concerniente a la seguridad de los muros que flanquean un buena parte de las Avenida Juan Sebastián El Cano y la totalidad de la Calle Pizarro.
Muros que tienen por objeto, por un lado, evitar que se precipiten desde una gran altura los vehículos que a consecuencia de un accidente de salida de vía impacten contra dichos muros, y por otro lado, garantizar la seguridad de los peatones que circulen por las aceras de estas mismas vías urbanas, unos objetivos que sin duda alguna no se pueden cumplir ni garantizar con los elementos estructurales existentes en la actualidad.
El concejal popular, Juan Carlos Martínez, señaló que “es una verdadera temeridad continuar confiando en que unos muros de bloques que se encuentran en un lamentable estado, puedan atender la responsabilidad estructural de contener el impacto de un vehículo que sufra una salida de vía impidiendo que el mismo se precipite por una altura que en algunos casos es superior a los 70 metros”.
Asimismo indicó que“es una imprudencia continuar un día más con esta situación. Hace tan solo unos días, el pasado 15 de julio, tuvimos la oportunidad de corroborar en la calle Pizarro, la peligrosa fragilidad que presentan los muros actuales, al comprobar cómo apenas el roce de un vehículo que volcaba saliéndose de la vía, producía importantes daños estructurales en el muro, confirmando de esta manera su incapacidad para contener el impacto frontal de un vehículo y evitando que el mismo se precipite al vacío desde una gran altura a lo largo de las fachadas posteriores de los edificios ubicados en la Avenida Colon”.
Esta misma situación de riesgo a juicio del concejal popular se vive de manera constante también en la Avenida Juan Sebastián el Cano, arteria principal en la zona de Radazul Bajo que, al igual que la calle Pizarro, cuelga a gran altura en parte de su trayectoria sobre las fachadas posteriores de algunos edificios, con el añadido adicional de que este caso sufre una mayor intensidad de tráfico de vecinos y visitantes que comparten la vía con vehículos de transporte de pasajeros de 15 toneladas correspondiente a la línea de Titsa 139 e incluso camiones cisterna que abastecen de combustible al muelle deportivo de Radazul, todo ello en un escenario que discurre en vías con pendientes superiores en algunos casos al 10%.