El servicio municipal de abastecimiento y saneamiento de aguas fue declarado durante el estado de alarma como uno de los más esenciales. Ejemplo de ello es el Servicio Municipal de Aguas de Puerto de la Cruz que esta semana pasada, además de otras tareas periódicas como reparación de averías, limpieza de pozos de saneamiento o detección de fugas, realizó tareas de mantenimiento correctivo en la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) C “El Faro”, la cual se encarga de recibir las aguas fecales de la zona del casco del Puerto de la Cruz, tal y como se muestra en el esquema que ilustra esta noticia.
Las labores consistieron en la renovación de una de las bombas del sistema, cuya función es impulsar los caudales desde esta estación a la siguiente, llamada EBAR D “Playa Jardín”, que conecta ya la red de saneamiento municipal con la depuradora (EDAR) comarcal del Valle de la Orotava, encargada de recibir las aguas negras de los municipios de Puerto de la Cruz, La Orotava y Los Realejos.
La concejala de Bienestar Comunitario de Puerto de la Cruz, Flora Perera, destacó que la nueva bomba instalada es un modelo de última tecnología “cuya instalación supone reducción efectiva de la huella de carbono por el motor alto rendimiento y bajo consumo energético que trae incorporado”.
Las bombas que se utilizan en este tipo de instalaciones están muy expuestas a estropearse ya que trabajan sumergidas y reciben mucha carga de residuos. El origen de estos fallos suele venir derivado de atranques mecánicos producidos por toallitas que no ha retenido la reja previa y se introducen en el cuerpo de la bomba, siendo capaces de parar el impulsor, lo que a su vez puede llegar a quemar el motor. Por último, las aguas negras contienen agentes agresivos que atacan al cuerpo y mecanismo de la bomba lo que influye en su rápido deterioro.
Aumento de toallitas
Ayuntamiento y Aqualia quieren recordar a los ciudadanos la importancia de hacer un uso responsable del inodoro y tirar cada residuo a su papelera. Se ha detectado que ha incrementado un 10% el número de avisos por atascos desde que comenzó el estado de alarma, lo que se traduce en 3 toneladas más de toallitas y otros residuos sólidos recogidos.