El pasaje protegido de la Rambla de Castro alberga los restos de unas instalaciones que fueran pioneras de Tenerife y en las que se emplearía la primera máquina de vapor de la Isla: el elevador de Aguas de Gordejuela. Construido en 1903 por la empresa británica de la casa Hamilton, siguiendo el diseño del ingeniero militar José Galván Balaguer, la estación tenía por objeto bombear agua hasta las zonas de cultivo de plátanos incluso de Realejo Alto, que en aquel entonces era un municipio diferente al de Realejo Bajo, además de proporcionar fuerza motriz para impulsar un molino de harina. Cuando la empresa propietaria entró en pérdidas años después planteó a otras administraciones la opción de proporcionar agua a otras zonas de la Isla, pero las propuestas no fueron aceptadas y terminó por vender el complejo a la empresa Fyffes. Posteriormente pasaría a ser de dominio público.
A la presión turística de la que es objeto hay que añadir que se ha convertido en un emplazamiento icónico
Actualmente, las ruinas de este patrimonio industrial componen uno de los atractivos turísticos de la zona norte de Tenerife. Con una ruta específica que marcha paralela a diferentes alturas en las que se encuentran situadas las distintas instalaciones, la única forma permitida de acceso es a pie. El descenso cuenta con una dificultad media, habiéndose habilitado distintos puntos de observación.
Pese a encontrarse en un pasaje protegido, la edificación en sí está en ruinas y no cuenta con ninguna protección legal. Como se puede apreciar en la imagen superior, carece de techo, puertas o ventanas. Además, a la presión turística de la que es objeto hay que añadir que se ha convertido en un emplazamiento icónico en los últimos años y algunas personas se aventuran a subirse a sus muros para ser fotografiados en ellos, pese al riesgo que supone dado el deterioro de la contrucción y a que el edificio está clausurado. Una de las imágenes más virales fue la de David Martínez.
A fin de cuentas, cabe recordar que el emplazamiento en el que se encuentra (se alza sobre la playa de La Fajana) somete al complejo a factores ambientales que aceleran su deterioro y desde diversas entidades defensoras de la conservación del patrominio se advierte de que corre riesgo de colapso, tal y como sucediera cuando se hundió el suelo del inmueble o el derrumbamiento de algunos de sus arcos. La Asociación Hispania Nostra lo ha incluido en su lista roja (en la que recogen aquellos elementos del patrimonio español que se encuentran enriesgo de desaparición, destrucción o alteración).
El apunte: Los ‘Hamilton’
La familia Hamilton, aún de gran trascendencia en Tenerife, llegó a la Isla a principios del siglo XVIII. Fueron productores y exportadores de plátanos, tomates y papas, contaron con una compañía naviera y operaban con buques carboneros. Además de la estación de bombeo de Rambla de Castro, fueron responsables de la construcción del Semáforo de Igueste. De igual forma, fueron cofundadores del Club Deportivo Tenerife, el Hotel Taoro o el Real Club Náutico de Tenerife.